Sevilla

Un poco de justicia puesta a la venta

  • Ayer se celebró la III Feria de Comercio Justo, una llamada a las compras solidarias y responsables

Tatu Museiny, una productora de café tanzana, viuda y madre de seis hijos, que no pudo enviar a su niño a la escuela por la bajada de los precios del café, "impuesta" por las empresas multinacionales, o Katherine, hija de un agricultor de una cooperativa boliviana que vende el cacao, a un precio justo, a Intermón Oxfam, y que con los beneficios ha podido ir a la universidad, eran dos de los ejemplos contrapuestos que se daban a conocer en la III Feria del Comercio Justo de Sevilla, celebrada en la Alameda de Hércules.

Tres organizaciones, Intermón Oxfam, Aldea Global y La Ortiga, convocaban esta feria en la que se pretendía fomentar la práctica del comercio justo -productos que garantizan salarios dignos, la no discriminación de las mujeres, la no explotación infantil, el respeto a la ecología...- frente al comercio "tradicional", que en su opinión no ofrece estas mismas garantías.

"El 20% de los sevillanos", afirmaba Agustín Vilanova, presidente para Andalucía y Canarias de la ONG Intermón Oxfam, "saben ya lo que es el comercio justo". Desde ayer, puede que algunos más: en la feria, además de los carteles explicativos de los propósitos y los requisitos de esta práctica empresarial, los beneficios para los países empobrecidos y los productores de los mismos -en especial las mujeres, con las que colaboran preferentemente- también había talleres, juegos y mapas donde se podían localizar algunas de las cooperativas con las que trabajan estas organizaciones: artesanos y agricultores de Ecuador o Perú, familias indígenas cafeteras de Chiapas (México), agricultores palestinos o zimbabuos... "En el futuro", añadía Vilanova, "tenderemos a trabajar sobre todo con África, para priorizar la ayuda a las comunidades más pobres".

Por ahora, tanto en la Feria como en las dos tiendas de comercio justo (la de Aldea Global en calle Francos y la de Intermón en Méndez Núñez), además de en tiendas de regalos o hipermercados como Alcampo y Carrefour, se pueden encontrar una gran variedad de productos de África, Latinoamérica y Asia.

Desde arroz integral aromático de Tailandia a vino de frutas de Suráfrica, jabones con aromas de pepino, coco o miel de Tamil Nadú (India), refresco con guaraná de la amazonia brasileña, anacardos de Honduras, chips de mandioca de Indonesia, cerveza de coco de palma, bisutería, café, chocolate, barritas de sésamo, cosméticos al té verde...

"Cada vez intentamos que haya productos que interesen al público y con mejores precios", afirmaba Agustín Vilanova, "aunque siempre respetando los patrones culturales y de producción de los países de origen". Pero ¿existe el peligro de que ONG como Intermón se conviertan en aquello a lo que tanto se oponen, una multinacional'. "En mi opinión, debe haber de todo. ONG grandes y con fuerza también son necesarias".

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