Los Lazarillos, una escuela libre en Sevilla: "Aquí no hay que pedir permiso para ir al baño"

Educación

El centro privado bilingüe aplica una metodología distinta a la convencional, homologada por la empresa americana Neasc

Hay 45 alumnos matriculados y en el curso 2026/27 llegarán a la Secundaria

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Aula de Primaria, en Los Lazarillos.
Aula de Primaria, en Los Lazarillos. / Juan Carlos Muñoz

Se encuentra en la barriada de Santa Clara, a pie de la SE-30 y a escasos metros de Sevilla Este. Se llama Los Lazarillos y es un ejemplo de escuela libre, donde el método de enseñanza en poco se parece al tradicional que se sigue en los centros convencionales. Un colegio que es fruto del empeño que pusieron sus dueñas, Isabel Abad y Chelo Távora, dos maestras decepcionadas con su experiencia en una guardería, lo que les llevó en 2010 a emprender esta aventura que en próximos cursos llegará a la etapa correspondiente a la Secundaria.

No son aún las diez de la mañana cuando varias familias llevan a sus hijos a este centro privado, situado en la calle Conde Osborne. Se trata de uno de los principios que se aplican: no hay rigidez horaria. Los Lazarillos está abierta desde las 7:30, cuando se ofrece el aula matinal. A las 9:00 empiezan las clases. De 14:00 a 16:00 es la denominada "aula de descanso" para el almuerzo y la estancia de niños a los que los padres y madres no pueden recoger durante ese periodo. Pero no se apercibe ni se penaliza al menor que no acceda puntual al comienzo de la jornada lectiva. "Ante todo, facilitamos la conciliación familiar", explica Isabel Abad, que nos atiende en el amplio patio que rodea las instalaciones.

Este centro es la segunda sede de la escuela, que inició su actividad en un antiguo restaurante en la carretera que une el barrio de San Jerónimo con La Algaba. Tras la pandemia se mudaron a este edificio, que guarda la sintonía con los chalés de Santa Clara y que anteriormente albergó una clínica de estética. Las propietarias de Los Lazarillos realizaron una importante inversión para adaptarlo a la función educativa, especialmente para los más pequeños, que requieren de un suelo especial.

Sin sillas ni mesas

"Cuando comenzamos con este proyecto, teníamos claro que queríamos aplicar un enfoque diferente a la enseñanza, quitar mesas y sillas, ver a niños felices", comenta Abad, mientras conversa con uno de los 45 alumnos del centro. Los hay desde los 3 a los 12 años, el segundo ciclo de Infantil y toda la Primaria. En el curso 2026/27 empezarán los de Secundaria, hasta los 16 años, con lo que se completará la educación obligatoria.

"Aquí nos basamos en una metodología propia, libre, que bebe de muchas filosofías educativas", abunda la directora de Los Lazarillos, que incide en que dicha metodología se encuentra homologada por la empresa americana NEASC. La única condición establecida por esta entidad es que el centro sea bilingüe en inglés, requisito que se cumple. "Nuestra misión es tener niños felices, críticos, autónomos y bilingües", añade.

Los pupitres no existen en las aulas. "Dejamos a los niños en el suelo para su desarrollo motor, cognitivo y socio-emocional, los tres pilares de una persona", detalla Abad. La metodología en la que se basa Los Lazarillos está centrada en trabajar por proyectos, "según el interés de los menores". Evidentemente, se cumplen los objetivos que contempla el currículo convencional, "pues de lo contrario sería un fraude", pero la manera de aprender esos conocimientos es muy distinta. Por ejemplo, las habilidades en Lengua se adquieren mientras se busca información en otras asignaturas. En cuanto a las TIC, sólo cuando se llega al último curso de Primaria se les ofrece la posibilidad de acceder a internet como fuente para obtener datos, después de que se haya recurrido en ejercicios anteriores a los libros. "Esa búsqueda se pone luego en común para comprobar el conocimiento adquirido", señala la directora de la escuela, quien prefiere denominar este cargo como el de "acompañante".

En Primaria los cursos se agrupan por ciclos, por lo que sólo hay tres aulas. Cuando se llegue a la ESO ocurrirá igual, por lo que se dispondrá de dos clases. Una etapa que seguramente haga necesario buscar nueva sede.

Un alumnado muy diverso

La procedencia del alumnado es muy diversa. Muchos vienen de localidades cercanas como Dos Hermanas, y de otras más alejadas: Utrera y Castilblanco. Incluso hay familias que se han trasladado a la cercana Sevilla Este para facilitar que sus hijos acudan a esta escuela, debido a la importancia que otorgan a la metodología que en ella se imparte. Algunos menores son "puros", en tanto que no han recibido ningún otro tipo de enseñanza. Otros vienen del sistema público, donde han "fracasado". La adaptación a esta escuela, en tales casos, no siempre es fácil. "Se piensan que una escuela libre permite todo tipo de actitudes. No es así, pues existen una normas que salen del consenso. Aquí, por ejemplo, no hace falta pedir permiso para ir al baño, pero sí debe respetarse el mobiliario y las conductas que favorecen la convivencia", destaca Abad.

La entrada a la escuela Los Lazarillos, en Santa Clara.
La entrada a la escuela Los Lazarillos, en Santa Clara. / Juan Carlos Muñoz

La plantilla docente la conforman siete maestras. Cada una tiene un grupo a su cargo y desempeña otra función más, lo que les permite tratar a todos los alumnos.

El coste de estudiar en este centro se estructura de la siguiente manera: al año se paga una matrícula de 200 euros y al mes, una cuota que oscila entre los 300 y 330 euros, según la etapa educativa. Un precio no demasiado disparado si se compara con el de otros colegios privados.

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