La madre y hermana del ingeniero sevillano Sergio Oliva, que en febrero mató a sus dos hijos de 4 y 5 años en la localidad alemana de Aurich, han declarado en el juzgado de instrucción 15 de Sevilla, a petición de la Fiscalía alemana, y han negado que alguna vez amenazara a los niños.

Según informaron  fuentes del caso, la Fiscalía alemana pidió tomar declaración como testigos a la madre, la hermana y varios amigos del presunto asesino, conocido como el Bretón alemán por las similitudes del crimen con el asesinato en Córdoba de los niños Ruth y José a manos de su padre, José Bretón, que cumple condena por ello.

Las declaraciones se celebraron en el juzgado de instrucción 15 de Sevilla en presencia de agentes de la Policía alemana que investigan el caso, por el que Oliva se encuentra internado en un hospital psiquiátrico.

Durante las mismas, según las fuentes, los familiares y amigos del presunto asesino declararon que éste nunca había amenazado con hacer daño a los niños, al contrario de lo afirmado por la madre de los pequeños, y que su comportamiento hasta ese momento fue el de una "persona normal".

Los hechos sucedieron el pasado 18 de febrero cuando Sergio Oliva, de 38 años y natural de Sevilla pero residente en Alemania desde hace dos años, presuntamente asesinó a sus hijos -Miguel Ángel, de 5 años, y Leonardo, de 4 y nacidos ambos en Sevilla- en el domicilio de éste.

Oliva vivía separado de su pareja y madre de los niños, Yuri Lantukh, de 34 años y nacionalidad rusa, desde hacía unos meses y ese fin de semana los niños lo pasaban con su padre. Ambos se conocieron hace seis años en Sevilla, donde ella vivía desde hacía una década, y hace dos años la familia se trasladó a Alemania.

La madre de los pequeños declaró que tras la separación alguna vez su ex pareja le había amenazado con hacer daño a los niños apelando al caso de José Bretón, por lo que se preocupó al no conseguir contactar con ellos durante el fin de semana, por lo que se personó antes de lo estipulado en casa de él y descubrió lo sucedido. La autopsia reveló que los pequeños sufrieron golpes y heridas de arma blanca.