Tras finalizar la explotación de mineral en la corta de Aznalcóllar, en septiembre de 1995 se abrió la corta de Los Frailes, que estuvo operativa de manera discontinua por la empresa Bolidén Aprisa, reponsable del desastre de Aznalcollar, hasta el año 2001, cuando cesó definitivamente su actividad debido a la bajada en el precio de los metales.
Un nuevo proyecto, promovido por el Grupo México y Minorbis, llamado Minera Los Frailes, plantea ahora su explotación como mina subterránea.
En la infografía puede apreciarse la superficie del complejo, de 2.782 hectáreas, rodeada por una línea negra. La mayor parte de este suelo se ubica dentro del término municipal de Aznalcóllar. El sector más oriental se adentra en el municipio de Sanlúcar la Mayor y su lado más occidental limita con parte del Corredor Verde del Guadiamar.
Cronología
El proyecto de explotación planteado para la Corta de los Frailes tiene una duración total de 30 años y comprende tres fases. Los tres primeros años, fase constructiva o previa, estarán destinados a la construcción de las instalaciones y edificios necesarios para explotar el mineral. Les seguirán 17 años de actividad productiva (fase de operación) y, aunque las actividades de restauración se realizarán progresivamente durante toda su vida útil, se restaurará, por ejemplo, la escombrera Noroeste, les continuarán otros diez años destinados a cerrar y rehabilitar, ambientalmente, toda la zona (fase de cierre y rehabilitación).
El yacimiento
El mineral será molido en el interior de la mina
Explotación por 'Sublevel Stoping'
Gestión autosuficiente del agua
La expresa Minera los Frailes ha diseñado una gestión autosuficiente del agua que empleará en el proceso de extracción del mineral. Según expone en su informe, se aprovecharán las aguas de escorrentía, de infiltración y de drenaje de la mina, previamente tratadas en una planta de tratamiento (PTA) de nueva construcción. El ciclo del agua en el interior del complejo puede verse detallado en la siguiente infografía.
El vertido resultante de la actividad del complejo, una vez tratado, será dirigido al río Guadalquivir, a través de una conducción de 30 kilómetros de longitud construida expresamente para ello. Será vertido en un punto “opuesto a las inmediaciones del Estadio Olímpico de la Cartuja, aguas abajo de la desembocadura del Rivera de Huelva y de la toma de emergencia de Emasesa”, según se especifica en el proyecto.
Regeneración medioambiental
Cuando ya se haya extraído todo el mineral, una vez terminada la vida útil de la Corta de los Frailes, se realizará la restauración medioambiental de la zona, que dará continuidad al Corredor Ecológico del Río Guadiamar y que convertirá en espacio natural toda la superficie del complejo.
El proyecto ha planificado el desmantelamiento de todas las edificaciones construidas. Sobre ambas cortas, Aznalcóllar y Frailes, se crearán lagos mineros; las escombreras utilizadas durante el proceso de extracción del mineral serán selladas medioambientalmente.
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