El nuevo curso en las universidades de Sevilla: códigos QR y cámaras apagadas

Educación

Las facultades vuelven a llenarse de estudiantes tras año y medio casi vacías

Establecen distintos sistemas de registro para la trazabilidad de los alumnos en caso de contagio

Dos estudiantes se reencuentran en el primer día de clases universitarias.
Dos estudiantes se reencuentran en el primer día de clases universitarias. / Juan Carlos Vázquez

La vida regresa a las universidades sevillanas. Así podría resumirse este lunes en la educación superior, que retoma la presencialidad plena tras año y medio de aulas a medio gas. Una vuelta a la normalidad que no sólo beneficia a alumnos y profesores, sino también a los entornos donde se encuentran las facultades, como ocurre en el campus de Ramón y Cajal, donde las cafeterías están a revienta calderas desde bien temprano, una imagen que resultó difícil de contemplar el curso pasado.

Muchos de los jóvenes que allí desayunan son alumnos de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, que está de aniversario. Medio siglo desde su fundación. Una efeméride que ha servido para renovar el aspecto de su fachada. Algunos de los alumnos que acuden en esta primera jornada se encuentran con la "sorpresa", pues el curso pasado apenas pisaron el centro, donde hay matriculados 4.500 universitarios (de grados y másteres).

Uno de estos jóvenes es Alberto, estudiante del tercer curso de Administración de Empresas, que el ejercicio pasado sólo estuvo en la facultad cuatro meses, incluyendo el periodo de exámenes. El resto del tiempo, coincidente con las olas de contagio de Covid, recibió las enseñanzas por vía telemática, una modalidad que no le terminó de convencer.

Los pasillos de la Facultad de Económicas y Empresariales volvieron a llenarse de estudiantes.
Los pasillos de la Facultad de Económicas y Empresariales volvieron a llenarse de estudiantes. / Juan Carlos Vázquez

En esta mañana, la situación es bien distinta a la del arranque del curso anterior. Hay "ambiente" universitario, como refiere el camarero de un bar de la zona, donde los clientes deben apuntarse a la lista de espera para hacerse con un velador. En el ejercicio académico 2020/21 se optó por un aforo máximo en las aulas del 33%, lo que obligaba a los alumnos a acudir a la facultad cada tres semanas. Ahora lo harán todos los días lectivos, puesto que como el resto de centros de la Universidad de Sevilla (US) y de la Pablo de la Olavide (UPO), se ha apostado por la presencialidad al 100%.

Dicha modalidad se aprobó la semana pasada, a pocos días del inicio de curso y tras las nuevas medidas anti Covid de la Junta de Andalucía. "Ha sido una contrarreloj", afirma el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Antonio Navarro, que detalla que en los últimos días se ha organizado un dispositivo especial para el regreso de la presencialidad. Para ello, se han enviado correos electrónicos a los estudiantes, que incluyen guías para prevenir los contagios de coronavirus.

Los alumnos están distanciados por un pupitre en el aula.
Los alumnos están distanciados por un pupitre en el aula. / Juan Carlos Vázquez

Este curso habrá que seguir conviviendo con la pandemia, que está presente en el día a día de las facultades, las cuales mantienen la señales que se instalaron el curso pasado para crear itinerarios seguros y evitar la aglomeración de personas. En la de Empresariales están colocadas en el suelo y también en los bancos, donde no se permite sentarse a más de dos ocupantes. Los dispensadores de hidrogel continúan instalados en las puertas de las 32 aulas de las que dispone este centro, donde todos sus estudiantes tienen asignado un número para facilitar la trazabilidad en caso de producirse un contagio.

Además, los estudiantes -que en todo momento deberán llevar puesta la mascarilla- habrán de hacer uso del código QR a la hora de entrar en las aulas, lo que facilita la labor de rastreo. En el 90% de las clases, según el decano, se ha podido mantener una cierta distancia de seguridad. De esta forma, hay un asiento vacío entre cada universitario. Por otra parte, el 100% de la plantilla docente de esta facultad -formada por 388 profesores- se encuentra vacunada.

Como ya adelantó el rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, las cámaras que se instalaron el verano de 2020 para seguir las clases de manera on line estarán apagadas la mayor parte del curso. Sólo se usarán en casos muy puntuales. Una postura que también defiende el decano de la Facultad de Económicas y Empresariales, al entender que de esta manera se "obliga" al alumno a acudir al aula. "La educación telemática tiene sus ventajas, pero el conocimiento se transmite mejor de manera presencial", asegura Navarro, quien añade que los estudiantes cuentan con una plataforma de enseñanza virtual y que las clases que se grabaron se pueden usar. "Lo que no vamos a hacer, a no ser que surja una urgencia, es grabar más clases", abunda.

Vestíbulo de entrada de la Facultad de Económicas y Empresariales.
Vestíbulo de entrada de la Facultad de Económicas y Empresariales. / Juan Carlos Vázquez

La defensa por la presencialidad también la extiende este decano a los exámenes. El curso pasado fueron todos presenciales, pese a las críticas de los estudiantes, que alertaron del riesgo que suponía celebrar estas pruebas, especialmente las del primer cuatrimestre, que coincidió con una tercera ola de contagios. Navarro defiende este formato por las garantías que ofrece frente a los que se realizan de manera on line, como se demostró en la primavera de 2020, poco después del estallido de la pandemia. El propio rector de la US reconoció la semana pasada que, durante dicho periodo, el número de aprobados fue "ligeramente superior" al de cursos pasados.

Tampoco puede faltar en este primer día de clase la alusión a la ley Castells, que supone una profunda reforma de la enseñanza superior, especialmente en lo que concierne al gobierno de universidades y facultades. En la línea de lo expresado por Castro, el decano de Económicas también considera que conlleva una merma de la autonomía universitaria, por lo que el anteproyecto debe someterse a una profunda revisión, pues, a su juicio y al de algunos expertos, puede contener artículos "inconstitucionales".

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