Tomás chacón. director del instituto de matemáticas de la universidad de sevilla (Imus)

"Uno de los retos de las matemáticas es cómo evitar las crisis económicas"

  • Dirige uno de los centros de la Hispalense donde mejor y más excelente investigación se realiza El IMUS ha colocado a Sevilla en el mapa mundial de esta disciplina

El Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla (IMUS) es un lugar espacioso, luminoso y silencioso. En un amplio distribuidor hay sillones para descansar, una pequeña cocina y, sobre todo, una inmensa pizarra garabateada con ecuaciones y figuras totalmente incomprensibles para el común de los mortales. En este edificio, ubicado en el Campus de Reina Mercedes, se reúnen a debatir y tomar un café la aristocracia de los matemáticos sevillanos, científicos que están en la primera línea mundial según indican los rankings internacionales. Al frente de esta institución está Tomás Chacón (Cádiz, 1959), quien también es responsable del grupo de investigación Modelado Matemático y Simulación de Sistemas Medioambientales. En contra de la fama de extravagantes que suelen tener los que se dedican a esta disciplina, Tomás Chacón es un hombre afable y tranquilo, que consigue hablar de matemáticas al entrevistador (probablemente el peor alumno de matemáticas que recuerdan las aulas) sin que éste se ponga a pensar automáticamente en sus naderías. Terminada la interviú, uno sale con la sensación de que las matemáticas son el alma y el lenguaje del mundo, no esas ecuaciones absurdas e inútiles que nos enseñaron en la niñez.

-Los rankings internacionales están valorando continuamente la calidad de los matemáticos de la Universidad de Sevilla. Hasta ahora, el tópico hablaba de los buenos poetas y pintores que da la ciudad, pero no de matemáticos. ¿Qué está pasando?

-En Andalucía hay una gran tradición universitaria, con dos universidades de gran solera como son Granada y Sevilla. En estos lugares, las matemáticas han tenido un gran recorrido, porque han hecho falta para dar clases en carreras de ciencias y en las ingenierías. Con el desarrollo de los últimos años, se ha producido un acceso a financiación para la investigación y de manera natural se han ido formando unos grupos de gran calidad con amplios contactos internacionales. Además, en los últimos quince años han surgido iniciativas para crear órganos que estructuren sólidamente esta investigación.

-Entre ellos el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla Antonio de Castro Brzezicki (IMUS) que usted dirige. ¿Cómo surgió?

-A iniciativa de una serie de investigadores. Su primer director, que ejerció el cargo hasta hace menos de un año, José Luis Narváez, le dio un desarrollo importante tanto en los servicios que presta como en los medios de los que dispone. Tenga en cuenta que en la Universidad de Sevilla, aproximadamente el 8% de los profesores, unas 300 personas, son matemáticos. Casi la mitad forman parte del IMUS.

-¿Quién fue Antonio de Castro Brzezicki?

-El catedrático de Matemáticas que creó los estudios de la licenciatura en la Universidad de Sevilla. Posteriormente apadrinó la creación de la Facultad. Digamos que fue el padre de los estudios en Matemáticas de la Universidad de Sevilla.

-Le haré una pregunta impertinente: ¿Para qué sirve el IMUS?

-¿Para qué hace falta, en general, la investigación? Muchos de los adelantos tecnológicos de la sociedad moderna están basados en descubrimientos que en su momento se creían inútiles. En general, hay que entender la investigación como una inversión social a largo plazo. Si, por ejemplo, hablamos de la teoría de los universos paralelos podremos pensar que es algo que no sirve para nada. Sin embargo, detrás de esa teoría hay modelos matemáticos que nos pueden dar indicios sobre la evolución futura del universo, sobre posibles peligros cósmicos... Cuando uno escucha música olvida que está codificada con algoritmos matemáticos, o que estos algoritmos se utilizan también para la compresión de imágenes...

-Es decir, que las matemáticas están detrás de todo.

-En la sociedad moderna, absolutamente. Cualquier desarrollo tecnológico avanzado necesariamente está basado en el análisis y la modelización matemática.

-Díganos algún avance importante que se haya realizado gracias al trabajo de los investigadores del IMUS.

-Por ejemplo, tenemos ahora un proyecto en marcha con Abengoa que consiste en posicionar de manera óptica los captadores solares para generar energía. Puede que alguno piense que no es un archidescubrimiento matemático, pero es una contribución importante de miembros del Instituto. Otro trabajo importante es un proyecto para Repsol para conocer mejor ciertas reacciones químicas que intervienen en la creación del petróleo.

-¿Y de qué modo pueden contribuir las matemáticas a luchar contra problemas como el cambio climático?

-En mucho. Tenga en cuenta que para luchar contra el cambio climático es necesario predecir lo que va a pasar en un futuro, algo para lo que es necesario la aplicación de modelos matemáticos que nos pueden indicar, por ejemplo, cuánto se va a elevar la temperatura en la tierra. Eso sí, hay que tener en cuenta que estos modelos tienen un cierto rango de aplicabilidad y son fiables durante un tiempo. Pensemos en la predicción del tiempo atmosférico. Es fiable a dos, tres, cuatro días... Más allá, no. ¿Por qué? Porque detrás hay un modelo matemático que tiene cierto nivel de inestabilidad. ¿Qué significa inestabilidad? Pues que los errores se amplifican con el tiempo. Si tenemos en cuenta que el cambio climático es un proceso de siglos, convendremos que hay que hilar muy, muy fino para ser capaces de determinar con fiabilidad qué es lo que va a ocurrir.

-Eso nos lleva al famoso y muy periodístico 'Efecto mariposa': el aleteo de un insecto en el Caribe puede acabar con un tifón en Asia.

-Es posible pero muy poco probable.

-Las matemáticas pueden describir el caos.

-Las matemáticas pueden predecir el caos en según qué situación. Por ejemplo, en el movimiento de los planetas. Tengo colegas franceses que se dedican a estudiar la estabilidad a largo plazo del Sistema Solar mediante modelos matemáticos combinados con simulaciones informáticas. La predicción es que, de aquí a 60 millones de años el Sistema Solar será estable, pero que a partir de este tiempo pueden aparecer fenómenos extraños, como que Venus y la Tierra crucen sus órbitas. El papel de las matemáticas es intentar poner un poco de orden en los sistemas caóticos: saber qué es lo que va a ocurrir, cómo, cuando... Pero no siempre se puede. Por ejemplo, no sirvió para evitar la quiebra de Lehman Brothers, que fue el pistoletazo de salida de la última crisis económica. De hecho, una de las causas de aquello fue la excesiva confianza en modelos matemáticos empleados a ciegas.

-Las matemáticas también fallan.

-Como todo. Los bancos utilizan cada vez más modelos matemáticos para analizar riesgos financieros sobre ciertas inversiones, especialmente las que se realizan sobre derivados. Pero hay que usar bien los modelos, sabiendo que son aplicables a las situaciones que se analizan. Los modelos son herramientas y no se puede usar un martillo para atornillar un tornillo. Uno de los grandes retos de las matemáticas como ciencia aplicada sería cómo evitar crisis económicas. Tenga en cuenta que el sistema económico tiene unos elementos de caos muy importantes. Los crash de la bolsa son una forma de caos. Es un problema excesivamente complicado. Si mira la curva de la bolsa verá que tiene un pico a cada instante, es algo que está permanentemente oscilando y controlar matemáticamente eso es muy difícil. Además, depende de la voluntad de muchas personas cruzadas con circunstancias muy diversas.

-En el año 2000, el Clay Mathematics Institute lanzó los llamados siete problemas del milenio, premiado cada uno con un millón de euros. ¿Ha intentado usted resolver alguno?

-Francamente no. Hay uno que me cae muy cerca, las ecuaciones de Navier-Stokes, que son las que gobiernan el movimiento de los fluidos en general y del aire en particular. De resolverse este problema, que es de una dureza matemática extrema, tendría implicaciones importantes, por ejemplo, en la predicción del tiempo. ¿Se imagina lo importante que sería en nuestras vidas saber exactamente cuándo y cuánto va a llover en un año? No tengo constancia de que ningún compañero de Sevilla esté intentando resolver este problema. Tenga en cuenta que dedicarse a eso puede significar perder una carrera. En el mundo de hoy hace falta generar currículum para tener carrera. Para eso es importante dedicarse a cosas que sean factibles. Sin embargo, estos problemas se pueden resolver de forma indirecta: uno está trabajando en un tema concreto y, de repente, le dice a su compañero: mira esto...

-¿Cuál es a su entender la gran frontera de las matemáticas actuales?

-Que realmente sirvieran para vivir mejor. De hecho ya lo está logrando. Fíjese en Google. Si usted quiere buscar información sobre un tema específico pone en el buscador tres palabras claves y, al momento, tiene una gran cantidad de información. Detrás de eso hay unos algoritmos matemáticos de una potencia tremenda. Las matemáticas están en la frontera del avance del conocimiento. Otro ámbito en el que las matemáticas juegan cada vez un papel más importante es en el de la medicina, en construir modelos de biomedicina personalizada. Tengo colegas en EEUU que simulan en un ordenador cómo quedaría tu sistema sanguíneo si te hacen un bypass, o analizan donde se deposita el colesterol... Todo eso con modelos matemáticos.

-A su entender, ¿cuál fue el gran descubrimiento matemático de todos los tiempos?

-El cálculo diferencial de Newton y Leibniz, la invención de las ecuaciones derivadas. Con él pasamos de la cuenta de la vieja a realizar operaciones muy finas que permiten construir modelos matemáticos para procesos de todo tipo. El cálculo diferencial te permite estudiar el cambio instantáneo de cualquier cosa y formularlo de forma matemática de una manera muy rigurosa. Esa cosa puede ser la presión sanguínea, la cantidad de bacterias que tienes en el cuerpo, el volumen ocupado por un tumor en el cerebro, la posición de un satélite artificial...

-Veo que las matemáticas también sirven para luchar contra otro de los grandes problemas actuales: el regreso de las enfermedades infecciosas.

-Sí. Por ejemplo, hay modelos que describen cómo evoluciona la infección sida, o cómo se puede extender una epidemia en un ámbito geográfico determinado. Las matemáticas no te van a indicar qué antibiótico cura una enfermedad, pero sí cada cuánto tiempo te lo tienes que tomar.

-Ya sé que puede parecer una obviedad, pero ¿por qué es tan importante el cero, que al fin y al cabo es un no-número?

-Es el que permite construir un sistema de numeración, que puede ser el decimal, el binario... Al no conocer el cero, que fue un descubrimiento indio, los romanos no podían hacer cálculos complejos. ¿Ha intentado usted hacer operaciones con números romanos? El cero supuso un avance inmenso y fue importantísimo para el desarrollo de la civilización.

-Dígame un matemático de cabecera.

-Gauss, el de la curva. Fue un matemático muy relevante en muchos ámbitos y siempre muy orientado a aplicaciones concretas. Es un ejemplo muy interesante de cómo la realidad fuerza al matemático a desarrollar abstracciones que sirven para solucionar problemas concretos.

-¿Y de la Universidad de Sevilla?

-Sin duda, Juan Arias de Reyna, que trabaja sobre propiedades de los números primos. Es el más fino de nuestros matemáticos, una persona que ya ha realizado su carrera y que, después de estar dos o tres años pensando un problema, publica un trabajo que realmente marca un momento. Podría ser una de esas personas que solucionan uno de esos problemas del milenio de los que hablábamos.

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