Sevilla y el deseo de representar "la esperanza del cambio"

Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de Naciones Unidas, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, destacan que la cumbre ha sido un "punto de inflexión" a pesar de la ausencia de EEUU

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Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de Naciones Unidas, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de Naciones Unidas, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. / J. Palencia / EFE

La cumbre de la ONU celebrada en Sevilla no tenía vocación de ser "solo otra conferencia", sino un verdadero "punto de inflexión" capacidad para confeccionar una "hoja de ruta clara, práctica e implementable sobre el futuro de la financiación al desarrollo". Un plan de acción basado en tres ejes: el cambio de narrativa para reconocer la urgencia de actuar; el documento Compromiso de Sevilla, en el que se articulan medidas concretas para canalizar financiación y aliviar la carga de deuda y el importante paso de la teoría a la práctica a través de la puesta en marcha de iniciativas a través de la Plataforma de Sevilla para la Acción. En definitiva, "queremos que Sevilla represente la esperanza del cambio".

Así lo han manifestado Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de Naciones Unidas, junto con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante una rueda de prensa que se ha celebrado de forma previa a la clausura del evento. A pesar del optimismo por los acuerdos alcanzados a lo largo de estos días, ambos han reconocido que la implementación de estas iniciativas "enfrentará importantes desafíos".

El contexto económico global, marcado por la incertidumbre y las tensiones geopolíticas, "podría complicar la movilización de los recursos comprometidos". Asimismo, la coordinación entre los múltiples actores implicados -estados, instituciones financieras, organizaciones internacionales, sector privado y sociedad civil- requerirá "un esfuerzo sostenido y mecanismos de gobernanza eficientes".

"El espectáculo continúa" a pesar de la ausencia de EEUU

Una de las principales ausencias, cuya sombra se ha extendido durante toda la cumbre, ha sido la de Estados Unidos. Hasta la fecha, el país que gobierna Donald Trump era el mayor donante de ayuda humanitaria internacional con una aportación del 42% de la financiación total. "Han proporcionado financiación y apoyo a lo largo de los años para el desarrollo sostenible. Y a pesar de este paso atrás, esperamos que les lleve a volver a entrar por la puerta", ha indicado Mohammed.

Sin embargo, ha recalcado que "contamos con varios países que están avanzando" en la materia, lo cual de muestra que "que el espectáculo continúa, porque hay una necesidad". "No nos detenemos en toda la innovación y en los compromisos que podemos asumir, incluso si ellos no están en la sala", ha enfatizado poniendo en valor que "buscaremos nuevos actores, ampliando esa base de quienes ahora pueden sentarse a la mesa" y "aprovecharemos mejor al sector privado que como lo hemos hecho antes".

En esta misma línea, el Ministro ha apuntado que "siempre hay que lamentar ausencias tan importantes como la de Estados Unidos". No obstante, "el mensaje que lanza Sevilla es que el mundo no se para", porque existen "necesidades que siguen estando ahí" y "estamos dispuestos a responder, a cubrirlas y a ser capaces de que Sevilla sea ese mensaje de esperanza hacia el mundo".

Un acuerdo histórico para la financiación internacional

El documento central surgido de la conferencia, conocido como Compromiso de Sevilla, establece un nuevo paradigma en la financiación internacional al desarrollo. Este acuerdo no solo plantea una visión general ambiciosa sobre los objetivos a largo plazo, sino que también incorpora medidas concretas y mecanismos específicos para canalizar los recursos necesarios. Entre sus principales aportaciones destaca la voluntad de cubrir la brecha en materia de financiación, aliviar la carga de la deuda y aumentar la capacidad fiscal de los países más vulnerables.

Un aspecto particularmente relevante del acuerdo es su enfoque en la transparencia y los mecanismos de rendición de cuentas, elementos considerados fundamentales para asegurar la eficacia de las medidas adoptadas. La iniciativa responde a un contexto alarmante: mientras las necesidades de inversión en diferentes frentes (especialmente el cambio climático) continúan aumentando, la financiación global está experimentando una preocupante tendencia a la baja. Paralelamente, el coste del servicio de la deuda se ha multiplicado por cuatro en la última década, agravando la situación financiera de muchos países en desarrollo.

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