Una testigo vio tranquilo al asesino de la norteamericana tras el crimen

La mujer que entregó las llaves del coche a Antonio Gordillo no vio nada anormal en su conducta · El hijo de la víctima cenó con ella en Triana antes de su muerte

Antonio Gordillo Sala.
Antonio Gordillo Sala.
F. Pérez Ávila

07 de octubre 2010 - 05:03

Una testigo aseguró ayer que Antonio Gordillo Sala, el presunto asesino de la ciudadana norteamericana Laura Cerna Baird, se mostró tranquilo y con una conducta absolutamente normal tras cometer el crimen y deshacerse del cadáver descuartizándolo y arrojándolo al río. Así lo expuso ayer ante el juez de Instrucción 18 de Sevilla la mujer que entregó las llaves del coche de una amiga al presunto asesino el día después del crimen, que declaró junto a otros cuatro testigos: el marido y el hijo de la víctima y dos policías nacionales del Grupo de Homicidios.

Esta mujer es un amiga de la persona a la que Antonio Gordillo Sala pidió su coche el 30 de agosto, después de que la noche anterior hubiera cometido presuntamente el crimen. La dueña del vehículo se encontraba en el hospital -y continúa ingresada, por lo que ayer no pudo declarar en el juzgado- y puso al presunto asesino en contacto con la persona que tenía las llaves de su coche.

La mujer relató al juez que quedó con Antonio Gordillo a las cuatro de la tarde, le entregó las llaves y le comunicó dónde estaba aparcado el vehículo. Luego volvió a verse con él a las once de la noche para que el presunto asesino le devolviera las llaves. La mujer indicó que en todo momento el presunto asesino se mostró tranquilo y no aprecio ningún signo de que hubiera consumido alcohol o drogas ni de resaca de la noche anterior.

El marido de Laura Cerna Baird ratificó la denuncia presentada ante la Policía Nacional y manifestó que su esposa no tenía ningún problema de adicción a las drogas o al alcohol. Por su parte, el hijo de la víctima explicó que estuvo cenando con ella la noche del crimen en un restaurante de Triana. En esa cena estuvo también presente la novia del hijo. Durante la cena Laura Cerna tomó una cerveza y luego otras dos en un bar de la calle Betis. Entre la una y la una y media de la madrugada, la norteamericana se subió a una bicicleta de Sevici en la Plaza de Cuba y se despidió de su hijo y la novia de éste.

Uno de los abogados que ejercen la acusación particular, José Estanislao, ha solicitado numerosas pruebas, entre ellas los movimientos de la cuenta de Sevici de la víctima, que acreditarían a qué hora y en qué estación dejó la bicicleta, puesto que existe una terminal de este servicio situada a unos metros de su vivienda. También ha solicitado la declaración de la novia del presunto asesino.

Por su parte, los dos policías ratificaron el atestado. El juzgado está a la espera de los resultados de la autopsia, que podrían ser claves para esclarecer el móvil del crimen y conocer definitivamente si hubo una agresión sexual.

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