Por un trato más justo con los animales

Un día apareció en su vida Prudencia, una galga que llevaba tres días abandonada en su urbanización y a la que dio cobijo en casa. Desde entonces, Marité Culasso no ha parado de trabajar para concienciar a la sociedad de que "los animales no se pueden comprar y vender como si fueran peluches" y, de camino, convencer a las instituciones de que "deben ejercer mayor control" al respecto. Marité llego a España en el año 1992 desde Argentina, el país en el que nació y se formó como psicóloga. Decidió instalarse en Sevilla junto a su marido, un asturiano con el que regenta un negocio de informática en la ciudad y que también es un apasionado de los animales. Durante mucho tiempo colaboró con la asociación Ddevida de Utrera y hace unos años conoció la Asociación Galgos 112, que tiene su sede en Gerona y delegados repartidos por todo el país. En Sevilla no tienen refugio, por lo que "la búsqueda de familias que acojan a los animales enfermos mientras se recuperan" es su principal tarea. Ella misma -que se pasa el día en el veterinario acompañando a los perros enfermos- acoge a todos aquellos a los que no logra encontrar casa. "Ahora, además de a Prudencia, tenemos a nueve perros más", cuenta. Aun hoy le sigue sorprendiendo "el trato que muchos cazadores dan a los galgos en Andalucía. Cada temporada, de cien que prueban, se quedan con tres o cuatro y al resto lo abandonan".