Calle Rioja

Esos últimos sí fueron los primeros

  • Tributo. El Museo Histórico Militar acoge durante todo el mes de octubre una exposición conmemorativa de los 120 años del sitio de Baler, el ocaso del imperio en Filipinas

Teresa Henares, comisaria de la exposición sobre el sitio de Baler en el Museo Histórico Militar.

Teresa Henares, comisaria de la exposición sobre el sitio de Baler en el Museo Histórico Militar. / Juan Carlos Muñoz

NO son tan conocidos como Azorín, Baroja, Unamuno y Valle-Inclán, pero forman la otra generación del 98. Aquellos últimos de Filipinas sí que fueron los primeros, en el cumplimiento del bíblico precepto. Los primeros que tras un hecho de guerra y un sitio interminable no fueron hechos prisioneros de guerra, sino reconocidos como amigos por el gobierno de las Filipinas, decreto firmado por su primer presidente, Emilio Aguinaldo.

El Museo Histórico Militar, en la plaza de España, acoge durante todo el mes de octubre la exposición Baler, 120 años del ocaso español en Filipinas. La Sala de Furrielería de este Museo, “el más desconocido para los sevillanos, el más visitado por los que vienen de fuera”, según Alejandro Escámez, general jefe del Estado Mayor de la Fuerza Terrestre, acoge el recorrido por un territorio en el que España estuvo durante más de cuatro siglos.

Hubo un primero de Filipinas. El 16 de marzo de 1521 llega Fernando de Magallanes a las islas que un mes y diez días después fueron su tumba camino de las islas de las Especias. En 1546 Ruy López de Villalobos le da el nombre de Filipinas en honor al príncipe heredero; en 1565 Legazpi se convierte en el primer gobernador y funda Cebú y Manila. La ciudad que con Acapulco formó, a través del legendario galeón, la mayor ruta comercial conocida.

Pero los militares españoles que en 1896 llegan a Filipinas no buscan especias ni glorias mundanas ni rutas alternativas para sortear piratas. El imperio donde nunca se ponía el sol está en pleno eclipse y estos soldados acuden a defender el pabellón patrio. “De todos los referentes del ejército, el heroísmo es uno de los valores básicos”, dice Alberto González Revuelta, director del Museo, “valores que no son exclusivos de la profesión militar, sino de toda la sociedad”, precisa el general Escámez.

El recorrido lo guió Teresa Henares, comisaria de la exposición. “Filipinas fue un archipiélago tan español y tan importante como Canarias”. Dos espacios insulares claves en la circunnavegación que durante estos tres próximo años se conmemora.

Los 120 años del sitio de Baler se recordarán por toda España. Mallorca es la sede del batallón Filipinas; en Madrid se inaugurará un monumento a Saturnino Martín Cerezo, uno de los mandos, superviviente cuyo diario es un tesoro para conocer los hechos. En Sevilla se pone énfasis en la figura de Rogelio Vigil de Quiñones, el médico que se vio metido en aquella madriguera. Pionero de la medicina en campaña, demostró que el beri-beri, que hizo más estragos que los disparos enemigos, no era una enfermedad infecciosa, “lo producía la falta de vitamina”.

El doctor Vigil de Quiñones regresó a España, estuvo como médico en los regimientos Soria 9 y Sagunto, fue facultativo de la Maestranza y asistió a muchos heridos en el desastre de Annual, en la guerra del Rif. Lo representó en la plaza de España su nieto Ulises Bidón Vigil de Quiñones, hermano de José Ignacio Bidón, cónsul de Filipinas en Sevilla.

Esta crónica empezó con los escritores de la generación del 98 y tiene unas reminiscencias muy literarias, porque la historia es tan increíble que empequeñece a la ficción. “Saturnino Martín Cerezo se enteró por la prensa de que la guerra había terminado”, dice la comisaria. “Los enfrentamientos fueron muy cruentos, pero tras la capitulación todos los contendientes se portaron como caballeros”. Hay uniformes de la época, soldados en miniatura y réplica de armas autóctonas de la colección del teniente coronel Joaquín Gil Hondubilla. “La lingua era un tipo de hacha para cortar cabezas”, explica. La exposición ha sido posible gracias a la ayuda de la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios