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Sevilla

Los vecinos de Los Pajaritos creen que el "plan integral está muerto"

  • La plataforma cívica Tres Barrios-Amate pide más control sobre los pisos ocupados y ve insuficiente la labor de las administraciones para luchar contra las drogas y la delincuencia

Bloque de viviendas de la calle Carena en el que fue asesinado el sábado José Ocaña.

Bloque de viviendas de la calle Carena en el que fue asesinado el sábado José Ocaña. / reportaje gráfico: juan carlos vázquez

La muerte a apuñaladas el sábado de José Ocaña, de 26 años, es el tercer homicidio que se registra en Los Pajaritos en menos de un año, y el cuarto si se tiene en cuenta el asesinato a finales de julio de la mujer que fue encontrada calcinada en el Parque Amate, muy cerca de esta barriada. Todos ellos están relacionados de algún modo con la droga y los ajustes de cuentas. Los vecinos reclaman medidas urgentes y recuerdan que el plan integral para mejorar el barrio está, a día de hoy, "muerto". Así lo definió ayer, resignado, el portavoz de la plataforma Tres Barrios-Amate, Fernando de Armas. "Mientras la situación económica del barrio no mejore, nada cambiará".

El barrio más pobre de España es también el que más muertes violentas registra en Sevilla. La situación en la zona de Tres Barrios -que engloba las barriadas de Los Pajaritos, Madre de Dios y La Candelaria- "se ha agravado en los últimos años", aseguró este representante vecinal, que se pregunta "si la Policía está haciendo lo suficiente" para controlar el auge de la droga y la delincuencia en el barrio, así como la ocupación ilegal de viviendas vacías.

En lo que va de año ha habido tres homicidios relacionados con la droga en este barrio

A medida que la primera generación de vecinos ha ido falleciendo, muchos pisos se han quedado deshabitados. Estos son ahora ocupados por nuevas familias, muchas de ellas inmigrante, o utilizados para ventas o actuaciones clandestinas. "Hay muchas familias que se meten porque no tienen otro sitio a donde ir y no ocasionan problemas", pero otros ocupas utilizan los inmuebles como escondite, fumadero o punto de venta ilegal, provocando numerosos problemas de convivencia, explicó Fernando de Armas, portavoz de la plataforma ciudadana, que pide un mayor control por parte de la Administración.

"No se están controlando los pisos vacíos. No sabemos si hay planes en marcha. Nadie nos informa", afirmó Fernando de Armas. "No se está abordando la situación como se debería. La Junta de Andalucía hace tiempo que se desentendió y el Ayuntamiento de Sevilla realiza algunos planes puntuales de empleo, pero poco más", subrayó el portavoz.

Los Pajaritos está inmerso desde 2014 en un programa de rehabilitación de antiguas viviendas, pero de momento no ha concluido ninguna obra. Según anunció el Ayuntamiento la pasada primavera, los nuevos bloques de viviendas públicas de las calles Tordo y Estornino estarán listas este otoño y en enero comenzará el proceso de realojo. Sin embargo, los representantes vecinales desconocen cómo se va a llevar a cabo este proceso y temen una ocupación ilegal de los mismos. "No sabemos qué criterios va a utilizar Urbanismo o Emvisesa a la hora de seleccionar a las familias que van a entrar. O no nos lo quieren comunicar o directamente es que no lo saben ni ellos".

El portavoz de la plataforma ciudadana aseguró que el ambiente que se respira en el barrio "no es de peligro". "Tú puedes pasear por la noche y no te da la sensación de inseguridad. El problema es todo ese mundo que se mueve en torno a la droga en determinados puntos del barrio y las luchas entre las familias que trafican y los ajustes de cuenta. En ese campo no hay ninguna ley".

Los tres últimos crímenes son los siguientes. El 24 de septiembre de 2016, los Bomberos que acudieron a sofocar un incendio en el antiguo bar Los Gallos, en la calle Candelaria, encontraron el cadáver de un hombre de 42 años. Después de dos meses de investigación, la Policía detuvo a una toxicómana del barrio por haberlo torturado y matado. La asesina se había sentido engañada porque la víctima le había vendido unos tranquilizantes y ansiolíticos, pero ella no había logrado colocarse con el material adquirido.

Más recientemente, en abril, la Policía detuvo a un argentino de 36 años por la muerte de María Luisa, de 41 años y apodada la Flor, cuyo cadáver apareció con diez heridas de arma blanca en un piso de la calle Perdiz. Las lesiones fueron efectuadas con un cuchillo de cocina. La Policía barajaba entonces la hipótesis de que el móvil del crimen respondía a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas.

Tras este homicidio, la plataforma cívica Tres Barrios-Amate puso de manifiesto "la necesidad de políticas de seguridad pública, basadas en la situación de las estrategias del miedo y la represión, por otras que favorezcan una ciudadanía activa, una adaptación al territorio urbano y el desarrollo colectivo de la convivencia y anticipación de los conflictos", pero estas reivindicaciones vecinales todavía están lejos de cumplirse.

En el caso de la muerte de José Ocaña, que aún se investiga, las primeras hipótesis apuntan a un motivo económico. El joven, de 26 años, marcado por la delincuencia y la droga, alquilaba de manera fraudulenta una vivienda de la calle Carena, que podría haber ocupado previamente de forma ilegal. Omar Mimi, el hombre detenido por la Policía como presunto autor del asesinato, podría ser uno de sus inquilinos.

El representante vecinal admitió que en los últimos meses ha apreciado un aumento de las operaciones policiales en el barrio. "Hay una redada cada mes como mínimo, pero parece que no son suficientes. Desconocemos si las administraciones están por la labor de acabar con esta mafia", afirmó De Armas, a la vez que destacó que el problema no es el toxicómano que consume droga de forma individual, sino la trama y el tráfico que hay detrás. "Hay que acabar con la raíz", apuntó.

La percepción de los vecinos de actuaciones insuficientes e ineficaces choca con la respuesta que el Gobierno central ofreció hace varias semanas a raíz de una serie de preguntas sobre los problemas de este barrio, elevadas al Senado por la representante de Podemos Maribel Mora. El Ejecutivo de Mariano Rajoy defendió entonces que en 2017 se ha potenciado la lucha contra el tráfico de drogas en Los Pajaritos, aunque lo hacía de manera muy ambigua, ya que no ofrecía ni un sólo dato concreto de operaciones policiales, detenciones de traficantes o incautaciones de estupefacientes en este barrio. La senadora Mora, en su escrito, también recordaba la existencia de un plan integral en el barrio, que permanece en el olvido desde hace años, una situación que fue muy criticada por el actual ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante su etapa como alcalde de Sevilla.

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