En 2022 hizo mucha calor. Las frases "esto es peor que el Sáhara" o "hace más calor que en el norte de África" dejan desde ahora de ser una exageración sevillana. Literal. No es una simple impresión personal de aquellos que han sufrido este año el arreón térmico de hasta tres olas de calor casi seguidas. Es una realidad con base científica.

Según un análisis de la consultora Callendar, el verano de 2022 pasará a la historia por ser el quinto año más caluroso registrado en Sevilla, pero, además, por haber soportado temperaturas similares a las que se registran en esa zona geográfica. En concreto en la ciudad de Susa, en Túnez, al norte del país africano. En promedio, según este análisis, el verano del año pasado fue 0,5 grados más cálido de lo normal.

El estudio, realizado por esta consultora, con sede en París, y especializada en el desarrollo de herramientas accesibles y prácticas para ayudar a empresas y comunidades a anticipar el impacto del cambio climático, recoge tres parámetros con los que llega a esta conclusión. Por un lado la temperatura media alcanzada en Sevilla durante el periodo estival de 2022, con una temperatura máxima media de 29,3 grados el pasado mes de julio. En la misma gráfica recoge los valores normales de la capital sevillana en ese mes, fijados en 28 grados, y los habituales de la ciudad africana, que bajan a los 27,8 grados.

El año pasado el aumento de las temperaturas en Europa provocado por el cambio climático fue el más caluroso jamás registrado, con temperaturas especialmente altas en los meses de verano. Más de 20.000 personas fallecieron en Europa Occidental por culpa del calor y las altas temperaturas en el continente contribuyeron a empeorar los incendios forestales que destruyeron decenas de miles de hectáreas.

La misma situación se ha repetido en otros puntos de España. Como Madrid, donde, según recoge este análisis, en 2022 se batió el récord histórico de calor, la temperatura fue comparable a la de Tissemsilt, una ciudad de Argelia situada a más de 500 kilómetros al Sur. Y más allá de nuestras fronteras en Italia, donde ciudades cercanas a los Alpes, como Milán y Turín, registraron temperaturas propias de Grecia. Y en Francia, Estrasburgo tuvo temperaturas propias de San Marino, en la costa mediterránea. El análisis realizado muestra los resultados obtenidos en 100 ciudades analizadas en todo el su de Europa.

El análisis utilizó datos de temperatura del ERA5, una base de datos elaborada por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF) que combina observaciones de estaciones meteorológicas y satélites, con modelos informáticos de la atmósfera y los océanos.