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Calle Rioja

Un viaje desde Kafka a Pirandello

  • Vivencias. Rafael Senra Biedma se reencontró con antiguos compañeros de Universidad y de la clandestinidad en la presentación de ‘Ruano’, novela con la que inicia una trilogía

Rafael Senra, en la presentación de su novela con Javier Pérez Royo, Alberto Carrillo, Auroral León y Francisco Alfonsín.

Rafael Senra, en la presentación de su novela con Javier Pérez Royo, Alberto Carrillo, Auroral León y Francisco Alfonsín. / Juan Carlos Vázquez

LO echaron de la Universidad con un expediente colectivo abierto a 23 estudiantes. Lo expulsaron de las milicias universitarias “cuando ya era sargento”. Superviviente de mil historias, Rafael Senra Biedma (Bollullos Par del Condado, 1945) pasa revista a su vida de lucha en un libro, Ruano, que es un guiño a la muerte del estudiante Enrique Ruano, homenaje a su generación y la primera entrega de una trilogía.No había sillas suficientes en la sede de Comisiones Obreras de la calle Morería para la cita con este bollullero que estudió en Sevilla y al final de su atropellado servicio militar entre Cerro Muriano y Cádiz se fue a Barcelona. La presentación tuvo detalles de Kafka y de Pirandello. Kafkiana como la situación del régimen franquista que combatieron “luchando contra sus padres, contra sus maestros, contra la policía, los jueces y los militares”, como dijo Alberto Carrillo Linares.

Sobre las características de aquel régimen se extendieron en la presentación Javier Pérez Royo y Aurora León. El primero dijo que ese cometido le debería corresponder a Manuel Ramón Alarcón, a quien Senra le dedica la segunda entrega de su trilogía. La Universidad era el destino de una generación de españoles salidos de un sistema educativo “espantoso”, en palabras del ex rector y catedrático de Derecho Constitucional. “Lo que el régimen de Franco perseguía era infantilizar a la población”.

Para Aurora León, el mérito del libro “tiene una significación colectiva”, una suma de pequeñas historias para contar “la gran historia”. Un relato lleno de paradojas, una de ellas la de que esta generación que participó en la lucha antifranquista “éramos los hijos de los vencedores de la guerra civil”. Luchadores amortiguados por un cordón familiar de clase del que carecían los hijos de los obreros, representados en la sede de la calle Morería por Paco Acosta y Eduardo Saborido, dos del Proceso 1001.

La parte de Pirandello la aportaron algunos de los protagonistas de la novela. “Yo formo parte de la novela. En ella soy Pepe Salgado, aunque mi nombre es Salazar”. Le agradece al autor que haya “edulcorado” la tesis política con una “pequeñita novela negra, porque un libro cargado de tesis no hay quien se lo lea, a no ser que seas un adicto”. Otro personaje salió en busca del autor. “En la novela soy Antonio el Boca”, decía Bocanegra, “me has descrito un poco saborío”. Y se lo explica. “En el curso 64-65 yo era muy dogmático; era el único comunista en la Fábrica de Tabacos. Los que estaban alrededor me parecían muy burgueses”.La segunda novela de la trilogía estará lista en enero y Rafael Senra volverá a Sevilla para presentarla. Transcurre en Barcelona, donde sigue residiendo y donde compartió vivencias jurídicas con Manuel Ramón Alarcón. La tercera parte está ambientada “en la etapa gris y negra de la corrupción”. Otra de las paradojas de la historia, una Transición cuyos principales protagonistas salieron precisamente de la Facultad de Derecho.

Aurora León reconoció en el público a Jaime Baena, a quien defendió ante el Tribunal de Orden Público. “No estábamos jugando a las casitas”. Eloísa Baena, responsable del archivo histórico de Comisiones Obreras, hizo de anfitriona. El libro es de autoedición y la portada es la foto de Gelán de la carga policial contra los estudiantes de la Universidad en 1968. Acudieron ex concejales como Javier Aristu, José Antonio Nieto o Alejandro Cotta, gente del Derecho como Bartolomé Clavero o Santiago Fernández-Viagas, el ex alcalde de Coria Carlos Yáñez. Muchos testigos directos de la historia de esta novela, cuando no protagonistas. Una novela, como explicó Pérez Royo, donde hay yuxtaposición de la biografía coral del autor y un ‘divertimento’ criminal con gotas de intriga y suspense. Había hasta compañeros del comité de la Campana, como llamaban a una célula clandestina que se reunía de noche en una freiduría.

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