El partido del Sevilla | Análisis

Una demostración de resistencia y eficacia

  • Cuando no se puede atacar, defender bien es un triunfo y el Sevilla lo hizo en San Mamés.

  • Óscar Rodríguez, un falso lateral derecho para áyudar a sacar el balón y también para defender 

Informe Táctico

Informe Táctico / Departamento Infografía

Por ese orden. Primero resistencia; luego eficacia. Con la lista de bajas que llevaba y el tanque de gasolina justito (habría que reconsiderar el valor de las plantillas con internacionales), tampoco se podía pedir más.

En circunstancias normales, lo lógico era salir derrotado de la forma que el Sevilla compareció en San Mamés. De nuevo con el rumbo perdido con un equipo que aprieta con dos puntas –el primer mandamiento de Marcelino–, lo que propició múltiples errores en la salida de balón. La suerte estuvo en que el Athletic era un equipo que era una mezcla entre gafado y negado y conforme fueron pasando los minutos la resistencia se fue volviendo más cómoda.

El acierto, mientras, fue total. Una llegada, un gol. Máxima fiabilidad en el momento justo, cuando había que cauterizar una herida.

Pizarra del Sevilla. Análisis: Jesús Alba. Pizarra del Sevilla. Análisis: Jesús Alba.

Pizarra del Sevilla. Análisis: Jesús Alba. / Dpto. de Infografía

Defensa

Lopetegui, con lo que tenía, planteó un centro del campo más fuerte en el pasillo central viendo lo que había en las bandas. Fue Óliver Torres el que se fue al extremo izquierdo y, con la ayuda de Delaney, le dio más libertad al Papu, mientras Óscar Rodríguez era un falso lateral derecho, pues tanto para sacar la pelota trataba de ayudar creando superioridad por la zona de Koundé y cuando tocaba defender también echaba una mano.

Pero el problema no estuvo tanto en situaciones sin balón como sin él. La fase defensiva tuvo sus deficiencias, está claro, pero casi siempre eran fruto de las pérdidas en la fase ofensiva, en concreto de iniciación.

Ataque

Los problemas en la salida le dieron mucho dolor de cabeza a Lopetegui pese a que buscó esa superioridad numérica con Óscar. Pérdidas de Koundé, de Diego Carlos y del propio Óscar le dieron vida al Athletic, un equipo con cada vez menos recursos por su filosofía de identidad.

El Papu trató de alargar las posesiones y, con libertad, solía caer en la banda que dejaba libre Óscar al ir tan atrás. Desde ahí llegó la jugada del gol. Espléndido el golpeo de interior de Delaney y la parábola perfecta. Más allá de eso, Rafa Mir fue una auténtica isla.

Virtudes

Lopetegui planteó inteligentemente, con los escasos recursos que tenía, el choque.

Talón de Aquiles

Los problemas en la salida de balón de la primera mitad y la falta de profundidad sin el único jugador que la da: Ocampos.

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