Córdoba - Sevilla | Copa del Rey

De primero, un plato fuerte

  • Los de Lopetegui inician el siempre bonito camino de la Copa en lo que promete ser una fiesta del fútbol andaluz y ante un rival con ganas

  • El homenaje a Reyes, un aliciente más

Dmitrivic, a la izquierda, una de las novedades, en teoría, en el once.

Dmitrivic, a la izquierda, una de las novedades, en teoría, en el once. / jose manuel vidal / efe

Se abre el camino de la Copa del Rey para el Sevilla y todo empieza con un plato fuerte. No es cualquier cosa un enfrentamiento con el Córdoba en la categoría que esté. Por cercanía, por historia... el duelo no deja de ser un enfrentamiento de rivalidad regional y ya sabemos cómo se afilan los cuchillos en este nuevo formato del torneo copero.

El factor campo no es un problema en esta ocasión como sí lo es otras veces para los equipos de Primera. El Nuevo Arcángel es un escenario de lujo, con un excepcional y cuidado terreno de juego, comparado con otros escenarios en los que se van a tener que jugar su futuro otros equipos profesionales y de máximo nivel.

El duelo además lo tiene todo. Se espera un gran ambiente en las gradas, con se supone que más de 20.000 espectadores, un buen desplazamiento de aficionados sevillistas que permite la comodidad de la cercanía geográfica y hasta un homenaje conjunto a José Antonio Reyes, mito y figura para las dos aficiones, aunque por razones obvias mucho más para la acera sevillista.

La Previa La Previa

La Previa / Departamento Infografía

El Córdoba es el líder destacado en su grupo de Segunda RFEF y con la inyección de moral añadida que da el haber levantado un título hace nada, la Copa Federación conquistada tras ganar al Guijuelo en la final y a equipos como el Xerez CD y el Ebro en las eliminatorias anteriores, pero no hay que olvidar que no hace mucho estaba en el fútbol profesional y en tiempos de Unai Emery en el banquillo sevillista –hace tres cuartos de hora como quien dice– formaba parte de la nómina de equipos de Primera División.

Lo malo de todo esto es que el partidito se las trae para el Sevilla si no es capaz de entrar con intensidad al mismo. Lopetegui ya lo ha avisado y se espera que no haga concesiones en su alineción, aunque también está obligado a refrescar y a repartir esfuerzos y las bajas por lesión acumuladas en la plantilla no ponen las cosas fáciles. Si no están desde hace tiempo Jesús Navas y En-Nesyri quiere decir que sus sustitutos, Montiel y Rafa Mir, apenas tienen descanso. Y a ellos se les suma en este caso Suso o Lamela. Se llevó el guipuzcoano a cuatro canteranos pero tampoco es cuestión de echarles a las manos la papa caliente.

La ilusión que genera la competición, como todos los años, es máxima en el vestuario sevillista y también en la afición. No hay que olvidar que la final de la edición pasada se quedó a un penalti, el fallado por Ocampos en el Nou Camp, o ese mal despeje de Diego Carlos en el tiempo de descuento ya bien avanzado antes del gol de Piqué.

Habrá en las gradas un ambiente bonito y se podrá recordar como la ocasión merece a Reyes, a quien se le coreará en el minuto 9 y que en el descanso tendrá el reconocimiento merecido con la presencia incluso de su hijo en el césped.

Que nadie piense que el Córdoba lo pondrá fácil porque dará guerra aun con bajas importantes como Miguel de las Cuevas o Álex Bernal. El Sevilla tendrá que estar a un nivel de concentración alto y el fondo de armario tiene la obligación de dar el paso adelante. Será el momento para gente como Dmitrovic, Gudelj, Rekik, Óscar Rodríguez o Idrissi, o a lo mejor no.

Lo del Bernabéu está olvidado y sólo queda mirar al frente, pues si no lo hace el susto y quién sabe si el batacazo está asegurado. Y ya lo avisó ayer mismo Lopetegui: el formato de competición obliga a que haya sorpresas y el Sevilla no quere ser una de ellas. El Córdoba, en cambio, claro que sí.

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