Desde mi córner

Cuidado, que la Copa la carga el Diablo

  • Este modelo copero no parece muy proclive a la sorpresa, pero hay que ir con cautela

Hoy toca Andratx, mañana es Talavera de la Reina parada y fonda copera. Una de las pocas cosas que Luis Rubiales ha aportado al fútbol es este modelo de Copa del Rey por el que acceden clubes que ni a echarse a soñar que alguna vez se enfrentaran a esta sugerente opción. Copa a partido único y en algunos campos que hasta se encuentran con el obstáculo de sus condiciones, tal como le pasó al Betis en la anterior ronda.

Y en esta barahúnda de partidos en un calendario cada vez más exprimido abundan los campos de césped sintético. Pasar de la hierba natural a la artificial es uno de los inconvenientes mayores que encuentran los equipos de categoría profesional. Es el caso que se va a encontrar el Sevilla esta noche en Andratx, esa localidad mallorquina que cuenta con el puerto más atractivo de cuantos bordean el litoral de la isla. Precioso lugar, pero con césped artificial.

Acostumbrado a hacer guardia en las garitas más diversas, no debe el Sevilla tener el menor problema ante un equipo infinitamente inferior. De hecho, las sorpresas no se han prodigado en la eliminatoria anterior, pero siempre hay que andar con cuidado en esta competición. Donde menos se espera salta el lepórido y tanto Sevilla como Betis saben cómo duelen esas heridas, pues la historia de ambos registra algunos batacazos tan sorprendentes como desagradables.

Un ejemplo muy elocuente es el que sufrió Manuel Pellegrini al mando del Real Madrid. Un póquer de goles en Alcorcón significó el principio del fin en una relación con Florentino que se fue degradando en rotunda progresión geométrica. Por tanto, guardia alta y cuchillo en la boca tanto esta noche en la paradisíaca Andratx como mañana en la adusta Talavera. Es la Copa del Rey, ni más ni menos, ese torneo que tanto pone a los que ven cómo LaLiga es fruta prohibida.

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