El Lyon se ha conjurado para la cita de mañana ante el Sevilla. El lleno en el flamante Parc Olympique Lyonnais, construido bastante lejos del centro para la Eurocopa de Francia, está asegurado. Tolisso, con su gol en Turín, y Lacazette, con el que hizo en Zagreb, han elevado la ilusión en la afición de un equipo que trata de reverdecer laureles en Europa, tras caer el curso pasado en la fase previa. Aún lejos de aquella escuadra hegemónica en Francia antes de la irrupción de los petrodólares en el PSG, con siete títulos de la Ligue 1 consecutivos entre 2002 y 2008, su experiencia en la Champions es muy vasta: 14 ediciones ya.

Además, ahora cuenta con el ídolo de la casa en perfecto estado de revista. Alexandre Lacazette (Lyon, 28-05-1991) vuelve por sus fueros, tras un periodo de lesiones musculares, una de las cuales le impidió jugar en el Ramón Sánchez-Pizjuán. A sus 25 años, el delantero salido de la prolífica cantera lyonesa acumula ya 11 goles en la Ligue 1, amén de aquel gol en Zagreb que ha puesto al rojo vivo la cita de mañana.

Jean Michael Aulas logró retenerlo este verano, pese a la presión del Arsenal, y acertó. Dinámico, rápido, con desborde, Lacazette será el principal baluarte ofensivo de un Lyon que también cuenta con otros futbolistas con verticalidad y gol. El menudo y veterano Valbuena, al que Monchi estuvo cerca de fichar cuando se decantó por el Dinamo de Moscú; el joven internacional galo Fekir, que supuestamente partirá del banquillo aunque también ha actuado junto a Lacazette, tras demostrar en Sevilla que tiene potencia y pegada para darles guerra a los centrales del Sevilla; el joven e inquieto Cornet...

Además, Tolisso, autor del gol en Turín, está sorprendiendo por su calidad y su fuerza para romper líneas en la medular. Ya lleva dos goles en la Champions actuando en el medio junto al capitán Gonalons y al ex malaguista Darder.

El equipo de Sampaoli afrontará un partido espinoso en Lyon, donde no esperaban aspirar a los octavos de final hace tres jornadas. Será un partido de máxima tensión competitiva con la ilusión local depositada en Lacazette.