El partido del Sevilla | Análisis

Un modelo reseteándose

  •  El Sevilla, sin intensidad, sufre con la presión del rival y acaba sobreexcitado

Informe táctico

Informe táctico / Departamento Infografía

Los comienzos son difíciles para las grandes plantillas. No hay más que ver los momentos de dudas que atraviesan Barcelona, Real Madrid y hasta el Atlético de Simeone antes de la visita de los de Koeman al Wanda. Y el Sevilla, que ya había amagado con partidos tristones, no iba a ser menos. En Granada se topó con una realidad que no puede olvidarse jamás en el fútbol de élite, en el que es imposible competir si no se sale a tope de intensidad.

El equipo de Lopetegui no tuvo la claridad necesaria para mandar y pasó por distintas fases. Una de dominio de balón sin profundidad ni agresividad, otra en la que llegó en oleadas puede que con más corazón que cabeza y una última en la que perdió los papeles, acabó con diez, frenó su propio ritmo y pudo haberse ido al vestuario con algún expulsado más.

Y futbolísticamente se puso a sí mismo muchas piedras en el camino. Como otras veces sufrió con la presión del rival a la salida de balón, propiciando pérdidas como la del gol, con un mal despeje de Diego Carlos. Y después, con balón, no encontró los espacios de fuera-dentro, dentro-fuera que le gustan a Lopetegui.

Defensa

El sistema defensivo no anda fino. Para empezar, Rafa Mir no hace el desgaste que hace En-Nesyri ni orienta la presión como la orientaba De Jong. Al centro del campo le faltó piernas y ello se acababa reflejando en dudas en la última línea, sobre todo de un Diego Carlos tremendamente incómodo toda la noche. El Granada fue con más intensidad a los duelos individuales y eso se fue traduciendo en ir ganando los colectivos.

Ataque

Cuando se quiso dar cuenta ya era tarde. El Sevilla no entendió el partido en muchas fases del mismo y tardó en encontrar vías de acceso al área nazarí. Lopetegui apostó por alguna razón por Suso en su banda natural, que para él es la menos natural de las bandas, ya que su tendencia es hacia dentro y no tiene la velocidad y la chispa para interpretar el juego de un extremo puro. Después volvió a la derecha, pero no es responsabilidad exclusiva del gaditano la falta de profundidad del equipo. Montiel expuso con cuentagotas y Acuña parecía con el freno de mano echado.

Cambió el esquema del modelo Lopetegui en el descanso dando entrada a un punta más (Munir) en algo cercano al 1-4-4-2 y activando el carril con Jesús Navas, quien intimidó y despertó del letargo el ataque sevillista. Sin embargo, hubo poco acompañamiento. Los extremos, con Óscar Rodríguez y el Papu Gómez ya hacia dentro, se convertían en interiores sin capacidad para romper líneas.

Virtudes

La reacción de la segunda parte, aunque fuera sin mucho control. Se crearon ocasiones, algunas muy, muy claras.

Talón de Aquiles

Sobreexcitado al final, aletargado en el inicio. Lamela, Rakitic, Rafa Mir... muchos jugadores fríos.

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