Duisburgo ha reforzado el crédito de un entrenador, Julen Lopetegui, que se ha destacado como un excelente gestor de situaciones complicadas aparte de un gran estratega. El planteamiento del Sevilla ante la Roma en la cita en el MSV Arena ha disparado la opinión que en el aficionado sevillista ya había cambiado para mejor con el final del campeonato liguero y la clasificación para la próxima edición de la Champions League.

Una de las fortalezas de un buen líder de grupo es hacer una buena gestión del conflicto y el entrenador guipuzcoano ha sabido reforzar al grupo en todas las situaciones complicadas que se han dado en los últimos meses. Más últimamente, el positivo por coronavirus que protagonizó Nemanja Gudelj fue un palo que creó mucha incertidumbre e inseguridad en el seno del Sevilla, pues nunca se sabe si se actúa correctamente en situaciones especiales como ésta y lo ocurrido en el Fuenlabrada, en Segunda División, estaba demasiado reciente.

Había un riesgo evidente y posibilidades reales de que el contagio fuera masivo como en el equipo madrileño (que llegó a notificar 28 positivos), por lo que incluso peligraba la presencia del Sevilla en la fase final de la Europa League planteada por la UEFA en Alemania.

Afortunadamente, todo salió bien. Lopetegui sacrificó sesiones de entrenamiento –entre las que se suspendieron y las que se convirtieron en individuales–, pero logró unir al grupo más que nunca para vencer todas las dificultades mientras la Roma seguía acumulando triunfos en Italia y se decía que iba a llegar a la cita con mucho más ritmo de competición.

Pero lo que se demostró nada más que comenzó a rodar el balón fue justo lo contrario. La fuerza mental y física mostrada por los pupilos de Lopetegui sirvió para pasar por encima de su rival. Hasta su entrenador, Paulo Fonseca, no dudó en dar al Sevilla como el principal candidato para ganar el título. “Merecimos perder porque el Sevilla en este momento es mejor equipo que nosotros, jugó mucho mejor y hay que aceptar su superioridad. Fue difícil jugar contra ellos. El Sevilla es el principal favorito para ganar la Europa League”, dijo el portugués al concluir el duelo.

Ahora, todo el sevillismo tiene conciencia de que su equipo es imparable tras lo que vio ante la Roma y casi no tiene dudas de que va a llegar a la final. Los profesionales piensan de otra manera porque hay equipos muy fuertes en el cuadro, pero las ganas, la ilusión y la unidad del grupo son fuerzas extras para la próxima eliminatoria ante el Wolverhampton.

Lopetegui se ha ganado claramente el respeto por la gestión de estos tres meses difíciles entre confinamiento, entrenamientos domiciliarios y luego el trabajo gradual en la ciudad deportiva. Un entrenador no es sólo elegir a los jugadores que salen de inicio y los cambios que después el partido pueda demandar. El de Asteasu lo ha demostrado y Duisburgo ha reforzado su figura, tanto en el sevillismo como en el concierto nacional y europeo, lo que buscaba recuperar cuando aceptó la oferta de Monchi.

Ahora aún queda lo mejor y el equipo va lanzado. La afición se ha vuelto a ilusionar y sueña con el sexto título de Europa League.