El partido del Sevilla | Análisis

Las ventaja dinámicas del 'falso 9'

  • El Sevilla funcionó como un reloj con el Papu como primer referente en el inicio defensivo y sus alternancias con Ocampos para generar superioridades

  • Con En-Nesyri los índices de posesión cayeron en picado

Informe táctico

Informe táctico / Departamento Infografía

Será que desde el césped del Alfredo di Stéfano se ve el cielo de Madrid y hasta sus edificios y arboleda, algo que en el imponente teatro del Bernabéu es imposible. Será que este Sevilla es mucho más que otros que han salido dolorosamente derrotados de sus visitas al gigante merengue, será que este Real Madrid es menos que el de otros tiempos... Pero el equipo de Lopetegui dejó por momentos impronta de invitado contestón, sobre todo en la primera mitad, precisamente en la que se presentó sin delantero para jugar ante el cuadro de Zidane.

En circunstancias normales, sin el temporadón que se han marcado los del guipuzcoano, salir ante el Madrid con el Papu Gómez de punta le hubiera valido a Lopetegui no pocas críticas. Reservón hubiera sido lo más suave que se hubiera leído en las redes sociales, pero el paso de los minutos acabó demostrando que el Sevilla podía discutirle la posesión a su poderoso enemigo con esa fórmula y no con la habitual.

Con el argentino de hombre más adelantado iniciando la presión en fase defensiva con Ocampos en la izquierda, el extremo cambiaba de rol cuando los de rojo tenían el protagonismo en el ataque estático, como suele hacerlo también con En-Nesyri y De Jong. La diferencia estaba en que el Papu se tiraba unos metros atrás logrando generar una superioridad numérica que, ya con la incorporación de los laterales, fue por momentos insostenible para un adversario que venía de jugar en Londres otro intenso partido en lo físico.

Pero eso acabó cuando salió En-Nesyri, que iba a dar frescura a la presión, pero que le acabó quitando la posesión al Sevilla y haciéndolo retroceder.

Defensa

Lopetegui armó un gran bloque con una estructura novedosa, sin referencia y con el Papu Gómez pululando entre los centrales del Madrid en salida de balón. Ese 1-4-1-4-1 sorprendió a los locales. La presión del ex jugador del Atalanta era de arranque corto, pero con ritmo, al tiempo que permitía a un jugador con más tranco como Ocampos defender esa banda por la que Odriozola ni apareció.

El Sevilla en esa fase supo defender con balón y hacia delante, pero estaba cantado que el depósito de gasolina del Papu no es amplio. La salida de En-Nesyri dio más dinamismo a esa presión por la potencia y zancada del de Fez, que se mató a correr, pero hizo que el Sevilla, el segundo equipo de la Liga con mayor porcentaje de posesión, bajara esos niveles y acabara retrocediendo. Jordán se hundió y por eso el Sevilla sufrió al final.

Ataque

El Sevilla le cogió el punto a las ventajas dinámicas que generaba ese falso punta que era el Papu. Montó una amalgama de jugones entre él, Rakitic, Suso, Jordán, Jesús Navas, Acuña..., mientras Ocampos entraba y salía, que descentró a la defensa del Madrid. Por momentos podía ser un 8 contra 6 que le dio a los de Lopetegui muchas opciones y alejaba el balón de su gran peligro: Benzema.

Después, con En-Nesyri, ya costó volver a contar con esas ventajas cuantitativas.

Virtudes

Conceptualmente, el Sevilla da un paso más.

Talón de Aquiles

La gestión de las transiciones.

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