Sevilla-Real Sociedad

Si la duda ofende, despéjala

  • El Sevilla de Lopetegui debe demostrar que ha pasado página tras sus derrotas ante Real Madrid y Eibar.

  • La última cita ha generado una desconfianza que parece incomodar al técnico.

El grupo de futbolistas de la primera plantilla se entrena ayer en el césped del estadio Jesús Navas de la ciudad deportiva.

El grupo de futbolistas de la primera plantilla se entrena ayer en el césped del estadio Jesús Navas de la ciudad deportiva. / José Ángel García

No es para sacar los pies del tiestos, pues en estos casos es fácil recurrir a un tópico no por ello menos acertado: ni antes era tan bueno este Sevilla ni ahora lo es tan malo. Pero, claro, el fútbol no tiene memoria y sólo cuatro días –los que van de un domingo a un jueves– son suficientes para convertir a un líder de la Liga española en un ninguno.

Digamos que el verde nunca engaña y pone a cada uno en el sitio que le corresponde y por eso mismo ni suma regodearse en los fallos cometidos en Ipurua ni tampoco querer negar la evidencia y molestarse por ciertas preguntas que tampoco son nada del otro mundo y que tienen su lógica futbolística después de dos derrotas consecutivas y, sobre todo, del acusado cambio para mal del equipo sólo pasando de cuarenta y cinco minutos a otros cuarenta y cinco.

Que el Sevilla llega señalado a la cita de hoy ante la Real Sociedad y que su técnico va a tener muchos ojos sobre su figura es una realidad, aunque eso no significa que haya que dramatizar. Lo normal con la exigencia que marca sobre todo el presidente con sus declaraciones es que haya una crisis tras cada derrota, mucho más con dos consecutivas y en sólo cuatro días entre una y otra.

El rival no es el más idóneo, pues no tiene el nombre de un Real Madrid o un Barcelona, pero tiene ahora mismo fútbol suficiente como para hacer bastante daño a un equipo con dudas como el Sevilla. Porque sí, no lo neguemos, el Sevilla tiene dudas y necesita definirse.

Encima, la Real Sociedad llega en una semana complicada, con muchos partidos y la necesidad de hacer una buena gestión de los recursos de la plantilla, un asunto que no siempre en estos casos suele resultar fácil.

La Previa. La Previa.

La Previa. / Departamento Infografía.

La afición, que podía llegar a comprender lo sucedido ante un equipo con un presupuesto claramente superior como el Real Madrid, se ha quedado de piedra con lo que vio el jueves ante el Eibar, un partido que el equipo de Lopetegui tiró literalmente a la basura no se sabe muy bien por qué cuando había hecho lo más difícil, ponerse por delante con dos goles de ventaja en un estadio tradicionalmente complicado.

La racha de la Real Sociedad, con tres victorias consecutivas además sumadas con solvencia, contrasta con la tendencia que traza el proyecto de Lopetegui, que ahora mismo es una adivinanza en sí mismo. Para empezar, no tiene determinado quién es el referente ofensivo de este Sevilla que quiere aspirar “a lo máximo en todas las competiciones” –Castro dixit–, pues a las primeras críticas a De Jong el técnico ha reaccionado defendiendo públicamente al delantero holandés e inmediatamente cepillándoselo del once titular.

Además, problemas físicos en todas las líneas complican la elección de un equipo con el que Lopetegui tiene que hilar fino porque no está para muchas equivocaciones. Hay enigmas que sólo se resolverán horas antes del encuentro. ¿Volverá De Jong? ¿Jugará Chicharito? ¿Se volverá a quedar fuera de la lista Dabbur? ¿Estará Carriço para jugar? ¿Y Reguilón?

Pero, sobre todo, la gran duda está en si el Sevilla será capaz de volver al nivel demostrado en sus partidos fuera de casa (salvo 45 minutos en Éibar) y podrá ganar su primer partido en el Sánchez-Pizjuán o seguirá en esa fase de indefinición en la que ha entrado. Y si la duda ofende, como parece que le ha ocurrido a Lopetegui, lo mejor es despejarla cuanto antes.

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