Velarde-Sevilla | Copa del Rey

El Sevilla pasa el trámite sin emocionar (0-2)

  • Los de Sampaoli superan al modestísimo Velarde sin acelerar nunca el ritmo con un gol de Nianzou y la sentencia, muy al final, de Rafa Mir

Suso es bloqueado en un avance por un defensa cántabro.

Suso es bloqueado en un avance por un defensa cántabro. / Pedro Puente / Efe

Sin emocionar, pues es imposible hacerlo al ritmo al que juega este Sevilla sea el rival un equipo de Champions o de Regional Preferente, pero haciendo lo correcto y lo que se le pedía, el equipo que entrena Jorge Sampaoli pasó la primera eliminatoria de Copa ante el modestísimo Velarde, con el que el argentino sumó su tercera victoria desde que ocupó el sillón de Lopetegui, cada una en una competición diferente.

Y con eso bastaba para no generar un nuevo terremoto y pensar en qué puertas se van a abrir en el parón para salir de la habitación del terror en la que entró la sociedad. Con eso bastaba para que la bola del Sevilla esté en el sorteo del miércoles, porque, como cabía esperar con casi la mitad de la plantilla pensando en el Mundial y la otra mitad en las minivacaciones, la imagen ofrecida en el concurrido estadio municipal de La Maruca no cursó ninguna solicitud de nuevo socio. Y es que al ritmo que juega este Sevilla, incluso frente a futbolistas que si lo son es por su dedicación en sus ratos libres , no es precisamente de la que hace afición.

Dominó el control del juego –faltaría más–, pero no apretó el acelerador nunca, sus jugadores apenas regalaron un sprint en todo el partido y se amparó en un cabezazo de Nianzou al que dejaron solo en una falta de coordinación defensiva para dejar pasar los minutos y jugar con la inoperancia y la impotencia de los locales, a los que la ilusión nos les daba para pasar de medio campo ante un equipo con mucha presencia de efectivos arriba, pero sin preocuparse por generar espacios. Y hasta dio pie a que el Velarde se estirara en la segunda parte en dos acercamientos, uno de los cuales acabó en un disparo de Menaut, que pudieron haber ocasionado un susto sonoro.

Sólo muy al final, Jesús Navas hizo en una acción lo que Montiel no intentó en una hora en el campo, un pequeño pique de piernas para poner un balón que Rafa Mir metió entre los tres palos. Pleito resuelto.Ya sólo quedaba olvidar lo sucedido y pensar a partir de ahora en lo mucho que hay que corregir y métase en el saco también a un Sampaoli que también tiene su responsabilidad y sus obligaciones en todo esto.

El argentino no hizo cosas raras en la alineación titular. Sólo la presencia de Kike Salas como lateral izquierdo podía llamar la atención, pero también era lo más lógico sabiendo que Acuña se quedó en Sevilla y que Alex Telles acabó exhausto el miércoles ante la Real. Por echarse de menos algo, sí que es verdad que podía haber sido este partido una ocasión buena para que Fernando adquiriera ritmo de competición con más minutos de los quince que tuvo ya con el partido finiquitado.

Y, con cuatro de los diez mundialistas en el once, no le iba a resultar difícil al Sevilla someter a un equipo de aficionados que rápidamente se vio embotellado en su área por un equipo que la tocaba con sentido y con mucha incorporación de jugadores. En esa fase de 0-0 sí se vio a un Sevilla medianamente intenso, convirtiendo al meta Manrique en el héroe de su equipo. Sacó tres balones de gol ante En-Nesyri tras una buena jugada de Rakitic, Joan Jordán y Suso, dos de ellas con la dificultad de un desvío en la trayectoria.

El Sevilla sumaba mucha gente arriba, inclusive uno de los centrales ante la distancia de los puntas del Velarde con el área de Dmitrovic. De ahí que la acumulación de hombres hiciera más difícil que apareciera el vértigo en las acciones ofensivas, que se limitaban, absolutamente todas, en ataque de posición. Pero fue marcar el Sevilla el 0-1 y ralentizarse más si cabe cada circulación del balón. Ni siquiera tenía la tarde el atractivo de una afición entusiasmada con su equipo, pues la estampa era más de campus universitario, con el chavalerío tomando el sol sentado en el césped y el atractivo de ver de cerca a jugadores profesionales y que dentro de una semana verán por la tele en el Mundial.

En-Nesyri, al comenzar el segundo tiempo, rozó la puntilla al Velarde en un cabezazo que sacó un defensa sobre la raya, Isco probó fortuna con un derechazo y Rafa Mir, sustituto del marroquí, fue objeto de un penalti de VAR que, sin el servicio de videoarbtraje, no se pitó.

Fueron las únicas llegadas, junto a una volea de Óliver Torres en un córner, del Sevilla en una segunda parte que bajó el ritmo tanto que incluso el Velarde se fue estirando. En el minuto 77 intentaba su primer disparo el equipo cántabro, que recibió finalmente la sentencia en una acción brillante de Jesús Navas que remató Rafa Mir.

No hacía falta nada más, pero a este ritmo qué poco emociona este equipo.

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