Titulares y suplentes

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Tiberio Guarente, un año y medio después, volvió a jugar y mejoró con creces a un Rakitic frustrante

Titulares y suplentes
Titulares y suplentes
José María López

09 de abril 2012 - 05:02

Las bajas con las que el Sevilla viajó a San Mamés obligaron a Míchel tanto a introducir cambios en el once como en la convocatoria. Esto provocó que en el banquillo visitante del estadio vizcaíno se sentaran, aparte de Javi Varas y Cala, dos canteranos (Deivid y Alberto), dos jugadores que no habían disputado ni un minuto (De Mul y Guarente) y un Babá relegado al ostracismo desde el partido ante el Atlético de Madrid, en el que marcó su único gol de la temporada hasta el momento.

Raro sería el sevillista que no se echara a temblar cuando el Athletic se puso por delante en el marcador y hubo que buscar soluciones en el banquillo. Por nombre, los mejores habían salido en el once inicial. Por rendimiento, ni mucho menos, y el principal señalado vuelve a ser Rakitic.

El internacional croata ya ha sido pitado por la afición sevillista. Su temporada ha sobrepasado ya el calificativo de decepcionante y, si se comparan sus 74 minutos en San Mamés con los 16 que tuvo el inédito Guarente sale incluso peor parado. La excusa de que su lesión en el metatarsiano del pie derecho le impidió realizar la pretemporada a estas alturas ya no convence a nadie, sobre todo si se compara con sus actuaciones con las realizadas con la selección croata. Sin ritmo, sin ayudar en la resta y sin sumar en ataque, donde la clarividencia que se le presupone en los pases ayer volvió a brillar por su ausencia como en toda la temporada, la paciencia del aficionado sevillista está agotada y con toda la razón.

Cabe preguntarse por qué motivo juega y, visto lo visto, parece que la respuesta está en el nombre. Poco tardó Míchel desde su llegada en confiar en Trochowski y relegarlo a la suplencia, pero en San Mamés, aunque sólo fuera durante poco más de un cuarto de hora, Guarente dio muestras de lo que un centrocampista debe hacer para ayudar al equipo. En primer lugar, el italiano hizo gala de una colocación notable, además de que sus pases siempre encontraban a un destinatario vestido de blanco. Para colmo, dispuso de dos faltas en las que también dio una lección al croata sobre cómo crear peligro con ellas.

Volviendo al banquillo, sirva de dato los minutos que llevaban acumulados hasta ayer los suplentes. Exceptuando a Javi Varas, el que más minutos había disputado era Cala, con 202. Le seguía Babá con 176 y Deivid con 4. El resto, no había jugado ni un minuto con la camiseta del Sevilla a estas alturas de la temporada.

Babá también salió desde el banquillo y aunque su juego está a años luz del de Kanoute, sí que parece que su compenetración con Negredo puede ser superior a la que el vallecano y el franco-malí tienen. El senegalés apretó en la presión, corrió y creó espacios a sus compañeros. Si lo que se necesitaba ante un equipo tocado físicamente y al que le tenía que pasar factura la eliminatoria de Liga Europa ante el Schalke era presión y ritmo, vuelve a surgir la pregunta de por qué se optó por Kanoute antes que por Babá, y la respuesta parece ser la misma que en la dicotomía entre Guarente y Rakitic.

Buscaba el Sevilla la cuarta victoria consecutiva y no la pudo lograr. No cabe duda que es un parón en la escalada, pero pese a ello la Liga Europa sigue estando a un punto de distancia. La suerte es que el equipo debe levantarse ya para el partido del jueves ante el Zaragoza. Y la esperanza es que Míchel tome nota de titulares y suplentes, más allá de los nombres.

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