Pretemporada Sevilla FC

Ni con alfileres (0-1)

  • El proyecto no sólo no despeja dudas sino que las acrecienta con una mala imagen ante el Benfica.

  • La falta de recursos impide a Pablo Machín avanzar con garantías en su modelo. Amadou, la mejor noticia.

El Sevilla FC ha dejado muy mala imagen ante el Benfica. En la imagen, Silva y Correa.

El Sevilla FC ha dejado muy mala imagen ante el Benfica. En la imagen, Silva y Correa. / ENNIO LEANZA / EFE

El Sevilla FC, a 21 de julio, da motivos para la preocupación. Claro que los da. Con un proyecto al que se le han caído hasta los alfileres, no se sabe si Pablo Machín es así de serio siempre o pone esa cara al ver lo que se le viene encima.

El hombre hace lo que puede. Lleva su hoja de ruta marcada y seguro que su mano se va a notar mucho más en cuanto pasen las semanas, pero lo que ocurre es que se antoja difícil sin materia prima, sin tener los recursos necesarios para implantar el modelo de juego con el que llenó de frescura en su primer año la Primera División. Teniendo que alinear constantemente a jugadores fuera de sitio (ante el Benfica de inicio así lo han hecho Amadou, Correa y Franco Vázquez), el soriano sigue esperando los refuerzos que ha pedido. No nombres, ojo, sino puestos. Ya hasta se conformaría con las necesidades básicas, pero fíjense que hasta aquí ha involucionado en sólo veinte días la soltura de la planificación. Pues si Machín puso como clave a su llegada la incorporación de un delantero de un estilo muy marcado, a cinco días del debut oficial por lo que suplica es por dos centrales.

Y es que los tres hombres de atrás son la piedra angular de un sistema que, además, Machín no puede cambiar. Si se han escuchado voces aconsejando al técnico a cambiar de esquema por una vez hasta tener los mimbres necesarios, sólo basta pararse a pensar y entender que ese modelo tan marcado y que no hay otro igual en España es el que lo ha traído a donde está, al banquillo del Sevilla. Ir a otra cosa sería dar otro bandazo y este club lleva haciendo eso, ir de una acera a la otra en cuanto a estilo futbolístico, desde que Emery cogió la puerta.

El Benfica, el primer equipo serio que se ha cruzado por el camino del Sevilla, ha desnudado el proyecto (o para ser exactos, su estado actual) en el primer encuentro con más de 60 minutos con un mismo bloque de jugadores.

También hay que decir que se trata de un proyecto arriesgado y valiente. No todos los clubes con un presupuesto como el del Sevilla le dan el equipo a un entrenador con sólo un año de experiencia en la élite. Machín tenía muy buena pinta, pero había que apostar fuerte y este club lo ha hecho. Si sale bien o sale mal ya depende de muchas cosas, pero una de las que más hacen peso en la balanza es la construcción de una plantilla con las necesidades que el técnico pida.

No todo van a ser malas noticias. Arana ha dejado buen ritmo y descaro, Lara ha puesto chispa cuando ha salido y Amadou, ante su primera prueba seria, ha demostrado que es, sin serlo, el mejor central el del Sevilla. Ya en Francia había jugado muchos partidos en ese puesto, en el centro de una zaga de tres, desde que Bielsa lo reconvirtió, y el camerunés parece haber cogido además los tiempos rápido. Se anticipa, está siempre cerca del destinatario del balón y se mueve con celeridad en situaciones de distancias cortas. Ante el Benfica no se ha empleado mucho, pero tiene un buen golpeo en largo. Jugará mucho, pero, a este ritmo, lo hará de central...

Flanqueado por los dos hombres que tienen toda la pinta de formar junto a él el jueves en el primer partido oficial, el francés es ahora mismo la única garantía de un sistema defensivo que, además, tiene sólo a Roque Mesa en la contención. Y el canario no es un jugador de piernas precisamente. Pero volvamos a los centrales, Pareja y Carriço entran en la categoría de titulares fijos a día de hoy y eso a cualquier sevillista que hace 20 días empezaba a asimilar que perdía de vista a Lenglet le podía desencadenar ataques epilépticos.

La banda del portugués ha sufrido con Salvio primero y luego, cuando se cambió para que entrase Escudero en la izquierda, generó desequilibrios en el costado contrario, como la jugada del córner (Amadou evitó un remate franco) que dio origen al gol del Benfica.

En cuanto al modelo, ya se aprecian las señas de identidad de Machín. Presión adelantada que en ocasiones, por la adaptación de jugadores de ataque a posiciones más defensivas han generado desequilibrios por llegar tarde a las reuniones en vez de acompañar o temporizar. A Correa le pasó, a Franco Vázquez le pasó... Pero, en fin, cuando lleguen los refuerzos volverán a sus funciones naturales. Esperemos.

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