Sevilla FC

Las dolorosas confesiones de Ocampos

  • "Me siento mejor desde el último parón, he podido trabajar con menos dolor", dice sobre sus casi endémicas molestias en el tobillo

Ocampos posa para los medios del Sevilla.

Ocampos posa para los medios del Sevilla. / Sevilla FC

A Lucas Ocampos parecía perseguirlo el gafe esta temporada. Tanto es así que el futbolista, cuando marcó el primer gol esta campaña, se sacudió expresivamente ese mal fario cuando, ante Osasuna, marcó el primer gol esta campaña, después de que le fuera anulado el de Mallorca. Sus gestos de euforia y rabia en la Liga tendrían el reverso en la Champions. Volvió a ver puerta, pero el Lille remontó y dejó en nada su confirmación. Pero en el derbi asistió a Acuña (0-1).

Ocampos reconoce que lo ha pasado mal. "No hay que ser un genio para darse cuenta de que subí un poco mi nivel, que me siento mejor y que por suerte voy dejando atrás sensaciones feas que tuve en lo físico y también en lo psicológico", reconoció en una entrevista a los medios del club.

"Las cosas van saliendo mejor y, aunque no se vea, hay mucho trabajo detrás y lesiones que no me dejaron estar en mi mejor momento", explicó. ¿Por ejemplo? "Molestias en el tobillo, que van a estar ahí, pero por suerte la pelota volvió a entrar y esperamos seguir así", aseguró.

El argentino incluso ha perdido el sitio en la selección que se ganó cuando, en su primera temporada en el Sevilla, se convirtió en una revelación, hasta terminar siendo el máximo goleador del equipo. "Uno se conoce, sabe lo que puede dar. Cuando las cosas no salen como uno quiere, y más yo que soy tan competitivo, siempre intento estar a la altura. Estoy en un club que te exige siempre lo mejor y en el que hay mucha competencia. Cuando no me salían las cosas me frustraba, pero también me gusta porque significa que no me da igual y que con trabajo uno siempre logra lo que quiere", dice.

"Lo sabe muy poca gente. Me lesioné contra los Wolves en Alemania y me estaba haciendo la resonancia cuando me llaman para decirme que había fallecido mi abuela. Estaba con el doctor y me llamó mi padre llorando. (...) Jugar con ese dolor me ayudó para no pensar en esos momentos. Todo esfuerzo tiene la recompensa y fue llevarnos la copa", recuerda el jugador, que el año anterior perdió la final con el Marsella. "No puedo prometer 30 goles pero sí trabajar como el que más. Me siento mejor desde el último parón. He podido trabajar con menos dolor", afirmó.

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