El partido del Sevilla | Análisis

Lo preocupante es que atacara su lateral

  • El Sevilla temía la velocidad del Lille al contraataque y el equipo galo se comió a su rival por empuje

  • La irresponsable acción de Delaney creó un peligroso estado de ansiedad general

Informe técnico

Informe técnico / Departamento Infografía

Se temía el letal contraataque del Lille. La velocidad, el “talento”, decía Lopetegui, de sus jugadores de ataque... pero nada se decía del resto de componentes del campeón francés. De su centro del campo, que se merendó claramente a los elogiados Fernando y Delaney, y empujó hasta meter al Sevilla en su área; de sus laterales, que se comieron a los extremos sevillistas y, de donde partió –podría decirse– el triunfo galo.

Lo grave, lo preocupante... no es que el Sevilla no supiera contener la potencia de los Bamba e Ikoné, los verdaderos puñales del Lille, sino que el lateral derecho del equipo rival sea el que protagonice los ataques, porque ya entonces no estamos hablando de simples contraataques. Çelik, lateral turco que no aparecía entre los peligros del equipo de Gourvennec, lanzó al poste en la jugada del 1-2 en una acción que venía del otro lateral y tuvo a Acuña más en campo del Sevilla que en terreno francés.

Pero, aparte de eso, el Sevilla se desquició de la mano de Delaney, quien si ya rozó un penalti que ya hubiese sido inocente sobre David, protagonizó uno de sanción disciplinaria por parte del club, con el balón al menos a cuarenta metros de distancia del área. Sacar ese brazo con el Gran Hermano que hoy es el fútbol es temeridad, irresponsabilidad y todo lo que termine en dad.

Defensa

Lopetegui volvió a abrazar la figura del doble pivote y en los primeros 20 minutos puede decirse que le dio resultado, pero pronto, pese a tener aparentemente inferioridad numérica, el centro del campo del Lille fue dando pasos adelante. Ante un rival muy físico como el galo, a Fernando una vez más le fue faltando ritmo conforme el partido avanzaba (algo que ya le ha ocurrido en Champions ante Dortmund, Salzburgo...). En esta ocasión puede que la pieza que fallara fuera la que cubría un Óliver Torres que en el momento que el equipo no tiraba hacia delante corría el riesgo de convertirse en uno menos por su naturaleza ofensiva.

En los costados Jesús Navas y Acuña parecían cohibidos ante la fuerza de Bamba e Ikoné, y Diego Carlos y Koundé no estuvieron nunca cómodos con la movilidad de David y de Weah.

Ataque

Pudo la ansiedad y duró poco la claridad para crear situaciones de dos contra uno en banda, como en el gol Jesús Navas y Suso sobre Reinildo. Lo hizo un par de veces y en los primeros minutos el Sevilla sí supo tener el balón y administrarlo con criterio, pero pronto éste estuvo más en pies de Renato Sanches que en los de Óliver Torres o Suso.

Ya antes del penalti el Lille se había apoderado del control y las elaboraciones de los blancos eran impetuosas, queriendo llegar pronto al área rival y haciendo que el equipo se partiera en dos, justo lo que el Lille quería para explotar que sus jugadores tienen más piernas que los sevillistas.

Virtudes

El equipo lo intentó con corazón, pero eso no vale si no hay cabeza.

Talón de Aquiles

Cayó en la trampa preso de la ansiedad y contribuyó así a que el partido se abriera para el Lille.

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