Arranca el juicio contra el fabricante del falso anticancerígeno bio-bac
El fabricante del bio-bac, para el que el fiscal pide cinco años y seis meses de prisión por delitos contra la salud pública y los consumidores, aseguró ayer que no comercializó este producto, destinado a prevenir y tratar el cáncer o el sida, como un medicamento sino como un "complemento alimenticio". El ministerio público también pide para él una multa de 40.500 euros por elaborar y vender al público desde 1997 el bio-bac como un medicamento, sin autorización administrativa, lo que considera que causó "un evidente peligro" a las 2.030 personas que lo consumieron.
Junto a Antonio Rafael Chacón, en el banquillo de los acusados se sientan otras tres personas.
Durante su declaración en el Juzgado de lo Penal número 18 de Madrid, Chacón incidió en que el bio-bac "no tiene ningún elemento que pueda dañar la salud" y explicó que lo distribuyó como un "suplemento dietético" para la prevención y el tratamiento de cáncer, sida, hepatitis y enfermedades degenerativas.
Según el escrito de acusación del ministerio fiscal, la distribución y venta del producto se hacía a través de la web www.bio-bac.com. En ella se ofrecía como si fuera un medicamento para el tratamiento de enfermedades del sistema inmunológico (sida, hepatitis y enfermedades virales), para el cáncer y afecciones degenerativas (artrosis, artritis y esclerosis), y se indicaba que no era tóxico, que era natural, sin efectos secundarios y seguro.
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