Este 2022 está siendo complicado para los bolsillos de todos, ya que encontramos que muchísimos bienes de vital importancia incluyendo, por supuesto, recursos energéticos y combustibles, se están encareciendo descontroladamente mientras nuestros sueldos no aumentan a la par, lo que supone enormes dificultades para afrontar los gastos de cada mes.

Por ello, llevar adelante la economía individual o familiar es un auténtico desafío que requiere de grandísimos esfuerzos por parte de cada consumidor para superarlo. No obstante, desde países conocidos por su eficiencia financiera nos llegan métodos que pueden ser de gran ayuda para afrontar periodos arduos como este:

El método que marcará tu fin de mes

Kakebo, tal y como se conoce en Japón, es un método de control de la economía del hogar popularizado en 1904 y propuesto por Motoko Hani, la considerada primera periodista mujer de Japón, en una revista conocida como 'La compañera de la mujer'. La finalidad original de Kakebo era darle a las mujeres oportunidad de poder controlar más cuidadosamente los ingresos de su hogar (que por aquel entonces venían sola y exclusivamente del sueldo del marido).

Aunque, obviamente, la naturaleza de la economía familiar ha variado muchísimo desde hace ya más de un siglo y ahora la mujer también es parte indispensable del mercado laboral, el método Kakebo recupera su vigencia en tiempos de inflación como los actuales en los que es crucial manejar con sabiduría cada gasto.

El funcionamiento de Kakebo es verdaderamente sencillo. Se trata de mantener actualizado un libro de cuentas en el que se deje constancia de los gastos e ingresos en cada mes. A su vez, se organizarán estos gastos e ingresos en trimestres, semanas y, por último, días. En cada una de estas etapas deberemos analizar al detalle todo lo que hagamos con el dinero del que disponemos.

Kakebo clasifica los gastos en varios conceptos:

• Gastos de supervivencia: alimentos, pago de alquiler y transportes. En definitiva, aquellos gastos ineludibles e imprescindibles en el día a día.
• Gastos opcionales: gastos de ocio que, aunque no imprescindibles, aparecen en todos los meses, como salir por la noche, consumir en hostelería o comprar ropa.
• Gastos culturales: el dinero que se destina actividades culturales varias, como cine, música o visitas a museos y exposiciones.
• Gastos extra: gastos repentinos no previstos debidos a varias razones, como multas y reparaciones de electrodomésticos o vehículos.

Como podemos observar, el método Kakebo es verdaderamente meticuloso, y es evidente que puede llegar a ser molesto, incluso, al exigir anotación constante de todo gasto, por pequeño y aparentemente intranscendente que sea. Sin embargo, existen facilidades en la actualidad, como pedir copias y tickets tras cada compra, que nos ayudan a anotar todo el dinero gasto cada día. Otro consejo para agilizar este proceso es anotar primero los gastos fijos de cada mes antes de empezar por otros más concretos.

Gracias a esta técnica podremos analizar detalladamente todos nuestros gastos al terminar cada mes, y podremos evaluar cuáles de ellos son prescindibles para poder limitar nuestras pérdidas económicas y aprovechar al máximo nuestros ingresos.