El caso Asunta cumple seis meses
El juez que lleva a cabo la investigación sigue a la espera de si el padre de la niña fallecida decide si colabora con la Justicia, declara y accede a someterse a un examen psiquiátrico.
Cuando se cumplen seis meses de la muerte de la niña Asunta Basterra Porto, asesinada el 21 de septiembre de 2013, el juez mantiene abierta la investigación y ha requerido al padre de la pequeña, Alfonso Basterra, que decida si colabora con la Justicia, declara y accede a un examen psiquiátrico.
En el auto del magistrado José Antonio Vázquez Taín se le pide a este periodista que determine si se somete a un interrogatorio toda vez que ya no está vigente el secreto de sumario y cuenta con casi la totalidad de elementos de esta investigación a su disposición.
Basterra sólo prestó testimonio el 27 de septiembre de 2013, una semana después del crimen, y, tras esa comparecencia, la letrada que lo asiste, Belén Hospido, avisó de que no habría otra hasta que no estuviesen en su poder los informes que componen esta causa.
La actitud es opuesta a la de la otrora mujer de Basterra y madre de la víctima, la abogada Rosario Porto, que compareció ante Vázquez Taín el 27 de septiembre de 2013, al igual que su ex, pero también en noviembre, y accedió a que se le practicase un estudio médico.
La tesis de los investigadores es la misma que en un inicio, que los padres de Asunta tenían un plan "concordado" para matarla bajo el cual él se encargaría de drogarla hasta el aturdimiento con el fin de facilitar la posterior asfixia, que ejecutaría ella.
Los análisis toxicológicos practicados permitieron confirmar que la menor fue intoxicada con Lorazepam, principio activo del Orfidal, de forma más o menos continuada durante julio y septiembre.
Los dos, Porto y Basterra, están encarcelados en el penal coruñés de Teixeiro en régimen de prisión provisional comunicada y sin fianza.
En esta causa existe un tercer imputado, sin un nexo común con los padres de Asunta. Se trata de un ciudadano colombiano residente en Madrid, pero los investigadores están seguros de que hubo una transferencia accidental en el laboratorio. Su situación procesal no ha quedado resulta de manera definitiva.
El cadáver de Asunta Basterra Porto, que fue atada de pies y manos, se localizó en un terreno forestal de Teo (La Coruña), situado a unos cinco kilómetros de un chalé propiedad de Rosario Porto, a las 1:15 de la madrugada del 22 de septiembre. Allí, un altar con flores y peluches, y un letrero que reza "Se pide justicia", recuerda a esta pequeña que falleció con 12 años.
Los investigadores consiguieron recuperar correos electrónicos y conversaciones de WhatsApp entre Rosario Porto y Alfonso Basterra, diálogos varios en los que quedaría constancia de algunas relaciones extramatrimoniales de ella que habrían causado un serio conflicto entre la pareja.
Buena parte de esa información, según fuentes judiciales, fue borrada pero en gran proporción se ha recuperado, a excepción de lo contenido en el ordenador de Alfonso Basterra, puesto que el disco duro del mismo fue sustituido. Esto se comprobó una vez apareció el dispositivo electrónico, ya que en los primeros registros esta computadora no fue localizada. Los teléfonos móviles de los padres y de la niña fueron también analizados.
Es la radiografía medio año después de un crimen que conmovió a toda España.
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