Causa criminal

“Cortar la cabeza a un cadáver no es asesinato”: El argumento para defender a la acusada del caso Castro Urdiales

Carmen María en la Audiencia de Cantabria

Carmen María en la Audiencia de Cantabria / Pedro Puente Hoyos (EFE)

Desde la desaparición de Jesús Mari hasta su denuncia y el posterior hallazgo de la caja así como durante todo el juicio, que ha durado dos semanas, Carmen María, pareja de la víctima y única acusada de haber acabado con su vida, ha dado múltiples versiones de lo sucedido, manteniendo siempre que es inocente.

El último giro se ha producido en la penúltima sesión del juicio, el 17 de noviembre. A pesar de que la acusada decidió no ejercer su derecho a la última palabra su abogado, que sigue defendiendo la libre absolución para su defendida, ha hablado de un supuesto asesino al que Carmen María trató de encubrir, pidiendo a la Fiscalía que haga una investigación sobre esto. En teoría y, según él, como no se puede probar la causa de la muerte, no hay delito de asesinato. “Cortar la cabeza a un cadáver no es asesinato”, sostiene.

Las incoherencias en las declaraciones y los hechos de Carmen María han sido varias durante estos meses. Primero dijo que su novio estaba de viaje, luego que había vuelto para recoger algunos enseres personales para volverse a marchar, después aseguró que Jesús Mari no estaba operativo porque había cambiado de teléfono y, más tarde, que había denunciado su desaparición a la Guardia Civil. También contó que la caja que le había entregado a su vecina contenía juguetes sexuales. Ésta, después de unos meses guardándola, decidió abrirla y se topó con un cráneo humano, por lo que llamó de inmediato a la Policía. Todos estos argumentos quedaron desmontados cuando, en las sesiones que se han ido celebrando, los peritos aseguraron que el móvil de Jesús Mari no había salido del área en la que ambos residían, cuando varios guardias declararon que la acusada nunca interpuso una denuncia por la desaparición de su pareja o cuando se comprobó que la víctima nunca volvió al domicilio para recoger sus cosas.

Carmen María, que en todo momento ha defendido que ella no hizo nada, también trató de desviar las sospechas hacia la vecina y hacia los familiares de Jesús Mari durante una de las sesiones.  Dijo cosas como que esta vecina sentía atracción por su pareja o que los hermanos de la víctima tenían llaves de la vivienda y acceso a los ordenadoras en los que se habían realizado unas búsquedas algo sospechosas relacionadas con el cobro de una pensión o el tiempo de descomposición de un cadáver.

El ministerio público ha recitado que Carmen M. “hizo acopio” del fármaco hallado en el cráneo y que, tras las fechas en las que deduce que se cometió el asesinato, entre el 12 y 13 de febrero de 2019, ella “compró material desinfectante, bolsas de basura y tres botellas de whisky porque lo tuvo que ir descuartizando y eliminando evidencias”. El alcohol lo ha achacado al intento de desinhibirse para cometer el crimen, porque “el informe pericial revela que no es una psicópata”.

Actualmente se está esperando la lectura de la sentencia. Mientras tanto Carmen María se encuentra en prisión preventiva desde 2019.

 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios