El drama de los niños chinos

Decenas de miles de menores desaparecen cada año en el 'gigante asiático' víctimas de redes organizadas de prostitución, venta o tratantes de esclavos

Niños chinos acuden al colegio protegidos por policías para evitar atentados o secuestros.
Niños chinos acuden al colegio protegidos por policías para evitar atentados o secuestros.
Antonio Broto (Efe) / Pekín

15 de junio 2010 - 05:01

Unos 60.000 niños desaparecen cada año en China víctimas de redes de prostitución, venta de menores o tratantes de esclavos. En un país donde la sociedad civil apenas existe, por el control del Gobierno chino en todos los ámbitos, la creación de asociaciones como la Liga de Padres de Niños Perdidos o Baby Come Home es un gran avance frente a un problema que hunde sus raíces en las diferencias sociales, la política del hijo único y la corrupción.

Cheng Zhu, de 36 años y fundador de la mencionada liga, perdió a su hija de cinco años en 2005, según él secuestrada por traficantes, y desde entonces ha dedicado su vida a la búsqueda de la niña y otros 1.350 menores cuyos padres forman parte de esta asociación. "Nuestro objetivo es ponernos en contacto con otros padres para buscar juntos y así llamar más la atención de la prensa y la ciudadanía", cuenta en una entrevista a Efe.

A principios de este año, Cheng y otros padres de la asociación emprendieron una mediática larga marcha en furgoneta por todo el país, parando en decenas de ciudades para repartir fotos de niños perdidos y concienciar sobre este problema. Al menos un chico, en el sureste del país, fue recuperado gracias a este viaje.

Una mujer que recibió estos folletos reconoció a su hijo como uno de los desaparecidos, se lo entregó a la Policía para que se lo devolvieran a sus padres biológicos. La ley china no castiga a los compradores de niños si éstos los devuelven a sus verdaderos progenitores.

La compra de niños por familias parece ser el principal origen de este triste fenómeno, ya que muchas parejas que no pueden tener hijos -y no pueden permitirse una adopción legal- o quieren asegurarse de tener un varón optan por acudir a mafias, especialmente en las zonas más pobres.

"En las zonas rurales todavía pervive la tradición de que un varón es más importante. Una familia que no lo tiene puede querer comprar uno, y a veces, incluso teniendo uno quieren más", cuenta Cheng en la entrevista.

"Además también hay gente que utiliza esos niños robados como mendigos, y en algunos lugares muy pobres, la gente compra un niño para criarlo y casarlo con su hija cuando sea mayor", relata.

Aunque el padre opina que la política del hijo único no tiene demasiada influencia en este fenómeno, lo cierto es que muchas de las familias compradoras son parejas que han tenido una niña y quieren asegurarse un varón, por lo que optan por comprar uno para garantizar que el segundo chico no va a ser otra chica.

En la sociedad rural china persiste la idea de que la hija pasa a ser propiedad de la familia del novio al casarse, por lo que los padres de la niña pierden la descendencia.

Baby Come Home es otra iniciativa de padres chinos para luchar contra la desaparición de niños. La principal actividad de esta organización, fundada por la madre Zhang Baoyan, es una web donde cada día se publican una decena de nuevas fotos de niños desaparecidos, pidiendo a los lectores que aporten cualquier información. De los 4.000 casos que ha publicado la web, se han resuelto satisfactoriamente 120, según cuenta el diario Global Times.

Estas actividades de padres desesperados han conseguido otro gran triunfo en los últimos años, ya que en 2007 fueron ellos quienes denunciaron y destaparon el escándalo del uso de esclavos -entre ellos muchos niños- en fábricas de ladrillos del norte de China. Un caso que conmovió a la sociedad china y le ayudó a concienciarse más sobre el problema de la trata de niños.

Pese a la mayor concienciación, estos padres se quejan de que todavía se encuentran con dificultades para avanzar en algunos casos, por ejemplo a la hora de investigar los orfanatos, donde se sospecha que pueden estar vendiéndose muchos de los niños.

Los padres denuncian que estos centros, que en casos esporádicos convierten la entrega de niños en adopción en un negocio, son en ocasiones muy opacos.

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