De generación en generación

El tópico de que los abuelos malcrían a sus nietos es falso en el ámbito alimenticio: dos de cada tres (64%) fomentan una dieta sana y equilibrada en los más pequeños, mientras estos dan muestras de una capacidad de adaptación gastronómica que no cuadra con las típicas quejas de muchos padres. Esta realidad, constatada en un estudio publicado en el Día Nacional de la Nutrición celebrado esta semana, sitúa en el ámbito familiar el problema de la mala alimentación -y el paralelo poco ejercicio, que juntos se traducen en sobrepeso y obesidad y elevan el riesgo de graves enfermedades-, pero también su solución.

Jordi Salas, presidente de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad, coorganizadora de la jornada junto a la Aesan, Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), lo expresó con claridad: "Los hábitos adquiridos en la infancia persisten en la vida adulta, cuando ya es difícil cambiarlos, y toda la familia debería involucrarse en la transmisión de conductas saludables a los niños, que no las adquieren solos ni en la escuela". Esta "es importante, pero los hábitos alimenticios se transmiten en la casa", remachó.

De ahí la necesidad, como recalcó Teresa Robledo, vocal asesora de la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (Naos) de la AESAN, de "potenciar los encuentros familiares en torno a la mesa" -con frutas, verduras y legumbres como invitadas gastronómicas de honor- y de "programar salidas" para facilitar la actividad física. Giuseppe Russolillo, secretario general de Fesnad y presidente de la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas , reivindicó la "comida de cuchara, cocinada en casa y que se sirve a los seres queridos". Tras alertar de que "comer solo animaliza" al ser humano", e insistió en "recuperar la comida y la cocina en familia".

Y qué mejor aliados que los abuelos y abuelas, apuntó Robledo, quien recordó que seis de cada diez españoles mayores de 50 años lo son y, más importante aún, que el 62% los cuida o acompaña con regularidad. El Estudio sobre la influencia de los abuelos en la alimentación de los niños lo confirma gastronómicamente al superar el 55% (aún más en el sur: 75%) los nietos que se quedan a comer o cenar algún día todas o casi todas las semanas en casa de sus yayos. Que, además, dan ejemplo de hábitos alimenticios saludables, porque comen tres piezas de fruta al día, verduras cuatro veces por semana y pescado tres veces cada siete días.

Ese ejemplo personal acaba siendo su mejor argumento ante sus nietos, cuya costumbre (67%) de "no comer de todo" deja paso a la tolerancia gastronómica: el 63% de yayos subraya que "cocino lo habitual y ellos se adaptan a nuestra comida".