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Intervenciones médicas

¿Miedo a la anestesia? Es más segura que montar en bicicleta

  • El número de incidentes relacionados con la anestesia es "bajísimo" gracias a que existe un nivel de "seguridad y cortafuegos" ante posibles complicaciones "muy elevado".

Un profesional trata con anestesia a una paciente

Un profesional trata con anestesia a una paciente

La anestesia revolucionó a mediados del siglo XIX la cirugía para siempre, pero aún preocupa a muchos pacientes a la hora de afrontar una intervención quirúrgica, un temor que "hay que perder", según los especialistas, porque es "más segura" que "montarse en un autobús o una bicicleta" para ir a casa.

El número de incidentes relacionados con la anestesia es "bajísimo" gracias a que existe un nivel de "seguridad y cortafuegos" ante posibles complicaciones "muy elevado", afirma el presidente de la Asociación Andaluza-Extremeña de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor (AAEAR), José Cruz.

Los anestesistas son como "los pilotos de un avión", que tienen una serie de comprobaciones que hacen que "a la más mínima ese avión no despegue", explica.

Si surgen complicaciones, "suelen ser de bajo nivel", gracias a la seguridad de los fármacos, la mejora de las técnicas, el equipamiento para la monitorización del paciente y la vigilancia que hacen estos especialistas en el manejo del dolor.

"Hay cirugías en las que al paciente le puede ir bien o mal, pero no por la anestesia, sino por su situación" clínica, señala el también jefe de esta especialidad en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga.

Desmontando mitos

Cruz reconoce que el miedo a la anestesia "siempre ha sido un talón de Aquiles" porque "tradicionalmente cuando había algún problema se decía: 'no soporta la anestesia'", pero la realidad es que "es mucho más segura que montarse en un autobús, o una bicicleta para ir a casa, ya no quiero decir en una moto".

La rumorología abona un terreno proclive a los mitos, que van desde las alergias a los anestésicos, a despertarse durante la operación o una supuesta contraindicación de la epidural en personas tatuadas.

La anestesia usa fármacos que pueden producir alergia "como cualquier otro", pero "es muchísimo menor que tomarse un antibiótico o un analgésico tipo ibuprofeno", ya que muchas de las reacciones alérgicas son consecuencia de una exposición reiterada, precisa Cruz, que añade que "si pasa algo, se soluciona sobre la marcha".

Despertarse durante la operación es "casi imposible" gracias a los sistemas de monitorización de profundidad anestésica, de manera que si es necesario se proporciona más dosis intravenosa o inhalatoria, apunta.

¿La epidural es incompatible con un tatuaje en la zona baja espalda? No, aunque hay que "tomar precauciones": ante el riesgo de que la tinta de la dermis se desplace hacia el interior y provoque inflamaciones -se han descrito casos escasos-, hay que buscar un espacio libre o hacer una incisión en la piel para poner la aguja e introducirla a través del subcutáneo.

Fármacos más eficaces

Los fármacos actuales son "mucho más seguros", son rápidamente eliminados por el organismo -fundamentalmente por vía renal y hepática- y selectivos, y además cuentan con su "antídoto", en el sentido de que su efecto está "contrarrestado" por el de otro, lo que reduce la estancia hospitalaria.

Cruz apunta a que hace diez años un paciente que se operaba de cataratas, se quedaba hospitalizado, pero ahora "se va sobre la marcha", al igual que los intervenidos de colescitectomías (extirpación de vesícula biliar) o patologías herniarias, que tradicionalmente se quedaban 24 o 48 horas ingresados.

Esto, que a la vez libera camas y protege al paciente de las infecciones nosocomiales (las adquiridas durante la estancia hospitalaria), ha sido posible tanto por los avances en cirugía como por las nuevas técnicas y fármacos anestésicos, subraya el presidente de AAEAR.

Del pánico a sedarse a pedir que le duerman

La anestesia no consiste en "sacar la bandeja", sino que se adecúa al paciente en función de la cirugía, su situación y su peso.

Hay desde pacientes que tienen pánico a sedarse, a los que dicen "duérmame que no me quiero enterar de nada". Los anestesistas se adaptan a sus necesidades siempre que no haya contraindicaciones médicas, buscando su seguridad, la comodidad y la mínima estancia hospitalaria, asegura.

Los grandes olvidados

"Tener un buen anestesiólogo es igual de importante que tener un buen cirujano", ha reivindicado Cruz, que lamenta que los anestesistas sean "los grandes olvidados cuando las cosas van bien" y los "grandes señalados" cuando no van tan bien como se espera.

Por ello, apuesta por visibilizar la labor de estos profesionales acostumbrados a estar en una "segunda línea", cuya necesidad se ha multiplicado en los últimos años, en parte debido a los decretos de garantía quirúrgica y el desarrollo de la medicina privada.

"Faltan anestesiólogos", resume Cruz, que demanda una planificación "a décadas" que tenga en cuenta la situación demográfica.

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