Contenido ofrecido por Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla

“El principal desafío es la falta de médicos”

  • Hablamos con Dr. Alfonso Carmona, Presidente del RICOMS.

“El principal desafío es la falta de médicos”

“El principal desafío es la falta de médicos”

El doctor Alfonso Carmona, pediatra y presidente del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla, nos presenta sus reflexiones sobre cómo mejorar la atención primaria en el sistema sanitario. Desde reorganizar los cupos por edades hasta aliviar la sobrecarga burocrática de los médicos, pasando por la urgente necesidad de expandir la red de servicios asistenciales extrahospitalarios. Además, en el contexto de una profesión cada vez más feminizada, subraya la importancia de apoyar a las mujeres en medicina, facilitando la conciliación entre la vida laboral y familiar.

–¿Cree que ajustar los cupos en función de la patología y la frecuentación mejoraría la calidad de la atención primaria?

–Si te refieres a hacerlo según la patología, podría ser una opción. Sin embargo, pienso que los cupos abarcan mucho más. Segmentar a los pacientes por condiciones como edad avanzada, problemas de salud mental, adicciones o múltiples medicaciones, podría ser complejo. Hacerlo por edades parece lo más adecuado. No es lo mismo tener un grupo de personas mayores de 60 años que uno compuesto por individuos de entre 30 y 50 años. Si, por ejemplo, en tu grupo el 80% pertenece a una cierta patología, es probable que no enfrentes muchos problemas. Y si surge alguno, posiblemente será significativo.

Es evidente que los médicos con un alto número de pacientes mayores de 55 ó 60 años tienen una carga de trabajo más intensa en comparación con otros. De igual manera, los pediatras enfrentan una mayor demanda con niños desde su nacimiento hasta los dos años. Así, esta demanda puede incrementar ligeramente entre los dos y cuatro años, especialmente cuando los niños comienzan la guardería. Pasados los cuatro años, la demanda en pediatría tiende a disminuir. Creo que sería más práctico establecer cupos basados en edades y no en patologías específicas.

–Una de las reivindicaciones del colectivo es que, a pesar de existir un plan para la desburocratización del sector, sigue sin reducirse esta carga burocrática para los profesionales médicos.

–Lo que siempre les pregunto a los responsables de la organización es precisamente eso. En un momento en el que las TIC y todos los sistemas informáticos están al alcance, debería ser sencillo que alguien maneje la parte burocrática, dejando de lado el aspecto médico. No veo un límite para poder incorporar personas capacitadas y organizadas para gestionar cuestiones como licencias médicas, repetición de recetas, organización de citas, entre otros. No es tan complicado; simplemente se necesita inversión para contratar más personal. El médico debería centrarse exclusivamente en atender al paciente. El personal de enfermería puede asistir y realizar tareas específicas, como administrar vacunas, curar, medir la tensión o la glucemia.

Hay una serie de tareas que pueden ser realizadas por otros profesionales, liberando al médico para que se dedique a diagnosticar, explorar y prescribir tratamientos. El principal desafío es la falta de médicos suficientes. Por ejemplo, si un paciente necesita ser derivado a un hospital, el médico solo debería tener que comunicarse con el colega del hospital para explicar la situación. No debería ocuparse de logísticas como buscar el hospital, coordinar ambulancias, entre otros. El médico debe enfocarse en el paciente y, si está estabilizado, continuar con los siguientes, no debería encargarse de la burocracia. Con el advenimiento de las recetas electrónicas, por ejemplo, si un medicamento se receta para varios meses y no requiere revisión, cualquiera podría renovar esa prescripción. La enfermería siempre ha trabajado en equipo y lo hace de manera excepcional. Eso es lo que deberíamos buscar.

–Desde su perspectiva, ¿por qué es crucial el desarrollo y ampliación de la red de Servicios Asistenciales de Atención Urgente Extrahospitalaria (SUAP)?

–Porque la sociedad actual demanda respuestas inmediatas, y en medicina, esto es complicado. Algunas situaciones requieren atención inmediata, otras pueden esperar y, para ciertos diagnósticos, se necesita tiempo para pruebas complementarias. Ante esta realidad, la solución podría ser tener más centros, pero considero que primero deberíamos optimizar y organizar adecuadamente los que ya existen. Incluso organismos como la OMS no tienen un registro claro de dónde están trabajando los médicos. Necesitamos conocer el número de profesionales y sus lugares de trabajo para organizarnos mejor. En el ámbito regional, la Consejería de Salud debería encargarse de esto. Otro desafío es cómo atraer a médicos a áreas de difícil cobertura, como a pueblos alejados. Estos profesionales deberían recibir beneficios significativos, no simples incentivos económicos menores. Por ejemplo, en Baleares, tengo entendido que se han facilitado las condiciones para la contratación de médicos, ofreciéndoles beneficios como vivienda y apoyo para la educación de sus hijos. Estas medidas son fundamentales, pues trabajar en zonas aisladas presenta desafíos particulares.

Para mejorar la situación en general, debemos reorganizarnos. Si es necesario que haya turnos en horario vespertino, deben ser bien remunerados. No podemos escatimar recursos cuando se trata de salud. La salud es esencial para que una persona pueda trabajar y ser productiva. Salvo en casos de enfermedades incurables, la atención médica adecuada puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. Si ofrecemos beneficios adecuados a los profesionales de la salud, estoy seguro de que la situación mejorará.

–¿Qué consideraciones tanto personales como familiares cree que deben implementarse o mejorarse?

–Es evidente que en la actualidad la feminización de la medicina es un aspecto destacado, y no podemos obviarlo. Las mujeres constituyen una mayoría en el sector y, en mi opinión, tienen una perspectiva muy clara y organizada. Quieren equilibrar sus responsabilidades familiares y laborales. Por lo tanto, proporcionar medidas que faciliten la conciliación de la vida laboral y familiar es esencial. Si no cuentan con estas facilidades, su bienestar en ambos ámbitos se ve afectado.

Considero que debemos ofrecerles un apoyo significativo, especialmente en cuanto a flexibilidad en turnos laborales, agrupación de turnos continuados y reducción de jornada en ciertas etapas, especialmente cuando tienen hijos pequeños que requieren mayor atención. Estas medidas no deberían ser únicamente económicas, sino también sociales. Sería provechoso realizar un estudio detallado sobre este asunto y, más importante aún, escuchar sus opiniones y necesidades directamente. El diálogo es esencial en este proceso. Las profesionales que están en primera línea conocen sus necesidades mejor que nadie y deben comunicarlas con claridad y transparencia. Por su parte, los responsables de la organización deben estar abiertos a escuchar y adaptarse. Aunque no siempre se alcanzará un consenso, el diálogo es la clave para comprender y buscar soluciones que mejoren el bienestar de los profesionales y, en última instancia, la calidad de la atención médica que reciben los pacientes.