La Campaña

La campaña agrícola en Almería: más producción, la misma inestabilidad

  • La agricultura almeriense ha producido 3,96 millones de toneladas, con un valor de 2.232 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 5,6% más que el curso anterior

Sandías por el suelo por el bajo precio.

Sandías por el suelo por el bajo precio. / D. A.

El titular que acompañaba al gráfico sobre el comportamiento de los productos estrellas del agro almeriense en el Anuario Joly del pasado año era “Melón y sandía, los más rentables”. El de este año -"un año desastroso para melón y sandía" es radicalmente opuesto y viene a reflejar lo que, de largo, ha sido lo peor del curso recientemente cerrado para la agricultura intensiva de la provincia. Refleja también los abruptos cambios que pueden generarse en el campo almeriense de una a otra campaña en función de numerosas variables (sobreproducción, baja o alta demanda, meteorología, competencia de terceros...), aunque si algo permanece año tras año es, sin duda, la inestabilidad en los precios y la baja rentabilidad general. Los productores de melón y sandía han ‘bailado con la más fea’ y en esta campaña han vuelto a verse en el campo almeriense imágenes de toneladas de producto ofrecido al ganado o directamente destruido ante los bajísimos precios de comercialización. No han sido los únicos. En noviembre fueron pepinos, berenjenas y tomates los que fueron retirados simbólicamente. El calabacín también ha tenido épocas en la campaña vendiéndose por debajo de costes de producción.

Con todo, el ejercicio en términos globales ha resultado mejor que el anterior, con un incremento en la producción del 9,3% con respecto a 2019/20. La agricultura almeriense ha producido 3,96 millones de toneladas, con un valor de 2.232 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 5,6% más que el curso anterior. Según datos ofrecidos por la organización Asaja, la superficie de cultivo en Almería ha ascendido a 32.320 hectáreas, un 1,2% más que en la temporada anterior, subiendo la superficie en producción a las 50.154 hectáreas ( 2%), teniendo en cuenta los dobles ciclos.

El ejercicio en términos globales ha resultado mejor que el anterior, con un incremento en la producción del 9,3% con respecto a 2019/20

Empezando por lo peor, la sandía y el melón han acusado el incremento de la producción y el descenso de la demanda, motivada por una primavera muy mala meteorológicamente en los principales países exportadores. El año ha sido para olvidar y las pérdidas, cuantiosas, cifradas en torno a los 75 millones de euros. En la campaña de primavera la sandía se comercializó entre 15 y 20 céntimos, si bien el precio medio de la campaña, según el dato del Observatorio de Precios y Mercados de la Junta, ha sido de 30, muy alejado de los 49 del ejercicio anterior. Asaja, por contra, lo cifra en 21. La cotización del melón ha bajado de los 0,56 euros de 2020 a los 0,39, según la misma fuente. El melón amarillo ha sido el más damnificado en mayo y junio, cayendo bruscamente su cotización por la baja demanda y la mucha producción en el mercado. 2.960 hectáreas (+4%) se han dedicado este año al melón, con una producción de 150.072 toneladas y un valor de 35 millones de euros, lo que supone un descenso del 37%. La sandía, por su parte, ha ocupado 10.777 hectáreas (1%) cosechándose 538.850 toneladas ( 10,46%) por valor de 113 millones de euros (-47%).

El pimiento consolida de nuevo este año su posición de privilegio entre los productos hortofrutícolas almerienses, tras haber desbancado recientemente al tomate, que continúa perdiendo terreno. Crece en todos los parámetros: según los datos de Asaja, este producto ha ocupado una superficie de 12.379 hectáreas (5,2%) produciéndose 990.320 toneladas (5,5%) y un valor de 831 millones de euros (13%). El precio medio, englobando todas las categorías, ha sido de 0,84 euros el kilo (20%), teniendo el california rojo la mejor cotización (13%) y el italiano, la peor (3%).

Sigue la caída del tomate

Si el pimiento ha vivido una campaña tranquila y positiva, no ha sucedido así con el tomate almeriense, con un poco menos de peso este año que el anterior, y que el anterior, y cada vez menos esperanzas de recuperar protagonismo, en detrimento, por ejemplo, de la competencia marroquí. Pese a seguir siendo el segundo producto del campo almeriense en producción, ya ha pasado al tercer lugar en cuanto a superficie destinada al cultivo, adelantado por la sandía. Y si ha perdido un 3,6% en producción con respecto al ejercicio anterior (769.860 toneladas), la caída en cuanto a superficie es de más del doble (-7,5%) al dedicar a su cultivo 8.554 hectáreas. El valor de la producción ha ascendido a 446 millones de euros, lo que supone un -5%. El precio medio se ha situado en los 0,58 euros, siendo especialmente malo en invierno (-19%), con una situación crítica en febrero. La responsable provincial de Asaja, Adoración Blanque, pone el foco en los costes de producción para este producto, que “se han incrementado un 24,52% desde la campaña 2017-2018, situándose en la que se cierra ahora en los 64.776 euros por hectárea, siendo el encarecimiento de la energía ( 75,76%) y de la mano de obra (32,57%) lo que más ha contribuido a ello”.

La cosa ha ido mejor para el pepino, aunque su campaña ha sido igualmente complicada y con fluctuaciones. La peor, en noviembre, con el mercado atestado de producto y los precios cayendo. No obstante, a un aumento de la superficie del 2% (4.961 hectáreas) le ha acompañado un incremento en la producción similar, en concreto del 2,1% (595.320 toneladas). En proporción, el incremento del valor de las ventas ha sido muy superior (16%), sumando en total 279 millones de euros. A este dato, además de la mayor producción y venta, se le ha sumado el incremento medio del precio un 14% (0,47 euros/kg).

El calabacín ha sido muy abundante este año en los mercados, tanto que en primavera sufrió muy bajas cotizaciones (la peor primavera de las últimas nueve, según Asaja), aunque el balance del curso es muy positivo, ya que ha sido el producto que más ha crecido, tanto en producción, un 45,5% más gracias a las 696.490 toneladas, como en valor, con unos ingresos de 390 millones de euros (+50%).

La berenjena tampoco se ha librado de la inestabilidad con una crisis de precios en noviembre y con un invierno donde su cotización se situó un 19% por debajo de la media. Asaja señala que la superficie ocupada por este cultivo ha sido de 2.229 hectáreas (1%), donde se han recogido 289.700 toneladas (2,3%) y con un valor de 131 millones (19%).

En cuanto a la judía, comienza a ser un producto residual que tiende a desaparecer en la provincia, pese a que hace algunos años su rentabilidad era muy buena y ocupaba una considerable superficie. En esta campaña han sido solo 100 hectáreas (-25%), con un descenso en la producción del 10,4% (2.610 t.) y una caída en valor de las ventas del 10% (4,5 millones de euros).

La mejora de la planificación de la campaña para evitar demasiada concentración de producto en el mercado, que hace desplomarse los precios, sigue siendo uno de los principales retos del sector en Almería, con un músculo cada vez más apreciable en el mercado internacional pero demasiados altibajos en los precios, lo que ‘trae a maltraer’ a miles de agricultores y empresas comercializadoras.

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