TV-Comunicación

Telepasión, invento maléfico

  • El programa coral que TVE obsequiaba por navidades cumple 20 años con un tema, 'Que no se acabe el mundo', que fue el himno español contra la guerra de Kuwait.

"Que no se acabe el mundo, que aún quedamos gente para darle vida...", canturreaban entre ilusos y apocalípticos, a lo We are the world, los presentadores de TVE en el primer Telepasión. Aquello fue en la Nochevieja del 90. La cadena pública estaba conmocionada porque las privadas, sobre todo Telecinco, a las que menospreciaba, se iban subiendo a sus barbas de monopolio. El mapa se iba cubriendo y ya toda Andalucía podía sintonizar las nuevas cadenas en diciembre de ese año. Y  contra el 'acoso' privado desde RTVE reaccionaron muy mal: aquello acabó con una deuda multimuchimilonaria. Y una de esas reacciones a corto plazo fue hacer un especial de Nochevieja de mucho autobombo, mostrando sus poderes.  Javier Caballé y Julia Otero idearon un resumen del año en el que fueran desfilando, en sketches de humor y autoparodia, la casi totalidad de la plantilla de que daba  lacara ante espectador.  Y los más osados, como Pedro Piqueras, se animaron con el solfeo. Piqueras con el tango Cambalache; el dueto Joaquín Prat (qué grande, siempre) y Constantino Romero con C'est magnifique; o los más pretenciosos, Ricardo Fernández Deu (el de Tribunal popular) y Tom Martín Benítez con una pieza lírica,  fueron pasando por un programa que está idealizado en la memoria, con la propia Julia Otera, en plan vampiresa, entonando Blue Moon.

El remate fue ese, Que no se acabe el mundo, donde participaban Leticia Sabater, Jordi Estadella, Sergio Sauca, María Escario (lo suyo nunca fue cantar) o Carlos Mata. ¿Quién se acuerda de Carlos Mata? Era el protagonista del culebrón de aquel año, Cristal, y después de su costoso fichaje por TVE y Radio Nacional, se marchó con la misma indiferencia con que fue tratado.  Los pases de Que no se acabe el mundo, como videoclip, podían tener audiencias de Champions, por encima de los diez millones. Aún había mucha pereza para cambiar los canales. Había que doblar la espalda. En los colegios los niños tarareaban  la coplilla como una balada de balidos.

Hace veinte años se producía otra reacción armada: la de Estados Unidos contra la invasión de Kuwait. Que no se acabe el mundo acabó siendo el himno en España de las manifestaciones y concentraciones contra ese guerra en Oriente Medio, en la que participamos en un costoso cameo y con la imagen de las cachas de Marta Sánchez al aire.

La repercusión de la canción y el éxito de Telepasión como telonero de las máximas estrellas, Martes y Trece, llevaron a continuar con la fiesta cantarina, donde los egos de presentadores y actores quedaban alimentados en sus adaptaciones. Hasta María Teresa Campos se atrevió con una lamentable versión de Ay pena, penita, pena. Y en este programa ha sido la única vez en que Matías Prats, buen oído y siempre mejor voz, ha sido pillado cantando en público. Telepasión fue languideciendo con los años en inversa proporción a las ansias que le echaban la Obregón o José Manuel Parada. El especial cada vez fue menos especial hasta que cerró en la Nochebuena de 2004 por aburrimiento y reiteración.

Ramón García

De las quince ediciones de Telepasión, el rostro de TVE más pesado en este programa fue Ramón García, el de las uvas (en la primera entrega no estaba porque sólo trabajaba en la vasca ETB). Ramontxu participó en diez telepasiones superando a Ana Obregón  y Parada, con ocho. Anita llegó a parecer en ocasiones que sólo trabajaba en TVE para asegurarse salir en Nochebuena. Constantino dio el cante 7 veces y Anne Igartiburu y María Teresa Campos, 6.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios