"Los que no pueden verme lo están pasando pipa esta temporada"

Wild Frank, el espacio de aventuras de Frank Cuesta, es un programa redondo para Discovery Max. Además de mejorar en varias décimas la audiencia media del canal, le otorga marca y distinción y se trata de un producto que ya se ha exportado a diferentes países. A falta del episodio de esta noche para acabar la tercera temporada, la más "extrema" según su protagonista, todo indica que logrará alzarse como la mejor entrega de todas superando ampliamente a la exitosa primera. Sin demasiado tiempo para digerir su éxito a Frank se le encomendó una nueva misión: encontrar al 'devora-hombres'. Ir a buscar al tigre de bengala y grabarlo en libertad, una tarea tan compleja como peligrosa, era la meta de esta temporada. Un Frank, además, rodeado de polémica por la campaña que ha emprendido para liberar a su ex mujer, Yuyee, presa en una cárcel de Tailandia por tráfico de drogas. Lo último ha sido ordenarse monje tibetano en un templo budista, donde vive ahora con sus cuatro hijos.

-La tercera temporada de Wild Frank que concluye hoy dicen que ha sido la más arriesgada, y también un éxito de audiencia.

-Bueno, sí, yo creo que más que arriesgada ha sido extrema. Ha transcurrido en Nepal e India, que para mí fue como volver a casa. Pero han existido varios acercamientos a algún que otro animalito que me ha puesto las cosas difíciles. Me he llevado más mordiscos que nunca, y he pasado más miedo que en toda mi vida. Desde luego, todos los que no pueden verme se lo tienen que estar pasando pipa viendo esta última temporada.

-¿En qué se diferencia 'Wild Frank' ahora de los primeros episodios? ¿No sigue siendo más de lo mismo?

-Creo que ha ido cambiando. Aunque tengamos la misma productora desde el principio, ha ido ganando calidad en el contenido, en las imágenes. Antes lo hacíamos todo más rápido, más improvisado. Ahora el producto tiene mucha más calidad, ha crecido y eso se nota para bien. De hecho, parece ser que los espectadores se han dado cuenta.

-El programa, de hecho, lo trajo usted de Meadiaset a Discovery Max. Antes se llamaba Frank de la jungla.

-Bueno, Wild Frank no es el mismo programa que Frank de la jungla. Lo único que tienen en común es que son programas de aventuras con fauna salvaje.

-Sí, bueno, también hizo La selva en casa...

-Sí, en éste recorrí la geografía española. Todos son programas de animales, pero sería como compararlos con El hombre y la tierra, de Félix Rodríguez de la Fuente. Todos son del mismo género, pero espacios distintos. El de Rodríguez de la Fuente fue el primero, él fue el precursor de los que íbamos a venir luego. Pero cada uno lo hacemos a nuestra manera, claro está.

-¿En Discovery Max le han dado más libertad que en Mediaset?

-En Discovery Max el programa tiene la misma productora que el anterior (Molinos de Papel). Pero lo que tenemos en Discovery Max es más tiempo para hacer las cosas, y ya le he dicho que con ello el producto que hacemos ha ganado en calidad.

-¿Se ve en un plató dentro de unos años presentando un programa tipo Waku- waku?

-Para nada (risas). La gente de la televisión dice que se suele durar en este medio unos tres o cuatro años; yo ya llevo cinco, así que ya llevo dos o tres de regalo. Pero, vamos, cuando me tenga que ir, me iré. Me volveré a mi casa tal y como vine, a mi vida con mis hijos, mis bichitos y tal. Pero mientras aguante el cuerpo y me sigan respaldando los espectadores, seguiré haciendo lo que me gusta, que es exactamente lo que hago ahora para la tele.

-¿No le gustaría entonces ser presentador?

-¡Qué va! Vamos, no es mi mundo. Yo no soy un yonqui de la tele, puedo vivir perfectamente sin salir en ella. Se ha dado la circunstancia de que han querido hacer un programa de televisión sobre lo que hago, y ya está. Pero ¿en un plató con una azafata al lado todo mona y yo todo vanidoso...? ja, ja, ja. Vamos, ¡ni pensarlo! Oye, respeto a la gente que lo hace, pero yo no me dedico a eso. No tengo vena de showman.

-Frank, las últimas semanas ha sido noticia por su lucha por sacar a su ex esposa de la cárcel. ¿Cómo está la situación?

-Igual. Yuyee lleva ya un año allí en condiciones infrahumanas y nadie puede o quiere hacer nada. La han condenado a 15 años por un delito que no cometió. Esto se explica con una sola palabra: 'mafia'. Toda esta pesadilla comenzó por denunciar públicamente el tráfico y abuso de animalesen Tailandia. Pero nunca pensamos que llegarían a este extremo. Hemos abierto una página para recoger firmas y crear así un poco de presión: www.change.org/freeyuyee.

-¿Por eso ha decidido también ingresar en un templo budista?

-Buscando algo de paz, para mí y para mis hijos.

-La muerte de tu cámara Santi Trancho hace poco también ha sido un palo, ¿no?

-Enorme. La ausencia de Santi será algo que creará un vacío para el resto de mi vida. Para mí Santi no era un cámara, era mi amigo más cercano.