'La tarde, aquí y ahora' confirma su liderazgo

A veces no es tan fácil encontrar pareja para aquellas personas que tuvieron que dedicar gran parte de su vida a otros asuntos, o entregar todo su tiempo a familiares y allegados que lo necesitaban. Lidiar con estos quehaceres obliga muchas veces a dejar a un lado las relaciones sociales y, cuando ya uno se siente liberado, puede que sea demasiado tarde para retomar el contacto con las personas a las que no dio una oportunidad. En Canal Sur esta sección tan longeva y exitosa de Juan y Medio nació de la necesidad de quitar contenidos del corazón. Empezó titubeante, pero es todo un fenómeno que sólo encaja en el espíritu andaluz. Allá donde la han copiado ha terminado siendo un fiasco

La tarde, aquí y ahora basa su notoriedad popular en un público que entiende la utilidad del magacín de Juan y Medio. El presentador (y productor) regresó a principios de septiembre con un cambio de look en su plató, más en sintonía con la frescura que Guillermo Garrigós, director del programa, quiere otorgarle a esta nueva temporada. El espacio sigue en su habitual franja vespertina (de 15.45 a 18.30 horas), volviendo a demostrar que es el espacio con mayor audiencia de la cadena autonómica y el mejor asentado en la parrilla de sobremesa y tarde entre los andaluces.

"El espectador está viendo a personas mayores contando sus vivencias, algunas de mucho interés, por lo que se crea una empatía y el deseo de conocer cómo ha sido su vida", así lo contempla Garrigós.

Entre las novedades no se ignora la fórmula que durante once años ha sido la llave para abrirle la puerta a una audiencia fiel, junto a un decorado variado y una línea gráfica nueva para el programa. Estos cambios, no obstante, mantienen "el espíritu de un plató funcional y agradable", el cual ha sido ampliado para reflejar la actualización, pero conservando el espíritu y el entretenimiento de La tarde, aquí y ahora.

La longevidad de la que ha disfrutado el magacín ha propiciado momentos llenos de buen humor, tristes y nostálgicos, pero también desafortunadas escenas que muchas veces el directo no puede controlar. "Ha habido un caso reciente en el que una persona nos engañó para buscar pareja". En esta ocasión, el pasado mes, Rafael Cremades conducía elprograma. Garrigós confiesa que tras 1.250 programas fue la primera vez que se toparon con este caso, dando por teléfono una serie de datos fraudulentos. Para evitar falsos testimonios, el equipo de redacción cuenta con una serie de herramientas para verificar toda la narrativa de los participantes. "Solemos contrastar lo que nos cuentan con una tercera persona o algún familiar, y nuestros periodistas suelen hacer una entrevista exhaustiva, de día y medio, a esta gente que llama para buscar compañía". El falso pretendiente pidió disculpas públicamente días después de la emisión, tras ser desenmascarado por la hija de la novia que dejó por ir precisamente el programa.

A veces, se descartan a ciertos aspirantes debido a sus antecedentes o por problemas psicológicos, por lo que los productores interpretan que no están en disposición para presentarse en televisión. Si se ignoran los contratiempos, la cara amable la dejan muchas parejas que viven idílicamente gracias a la buena fe de Juan y Medio y todo el equipo que trabaja para que hallen pareja cientos de andaluces que cada semana llaman para combatir su soledad. El contacto directo con la audiencia y las llamadas atendidas cada día son una prueba fehaciente de la vigencia de este espacio.