feria de arenas de san pedro

"Si El Cid no me sujeta hubiese sucedido una tragedia"

  • El banderillero algecireño Rafael Limón se repone de una gravísima cogida que puso en riesgo su vida

Instante en el que el toro prende a Rafael Limón, sujetado por la mano salvadora de El Cid.

Instante en el que el toro prende a Rafael Limón, sujetado por la mano salvadora de El Cid. / E. S.

El torero de plata algecireño Rafael Limón Álvarez se recupera en el hospital de Talavera de la Reina (Toledo) de las gravísimas lesiones que le produjo un toro de la ganadería de José Escolar el pasado sábado en la localidad abulense de Arenas de San Pedro. Limón, que actuaba como subalterno de Manuel Jesús El Cid, sufrió una cuádruple fractura en el brazo derecho, además de una monumental herida que le produjo el asta del toro, que penetró por el gluteo y le desgarró la espalda. "Si El Cid no me sujeta, hubiese sucedido una tragedia", sentencia Rafael Limón, a quien los médicos están tratando con morfina para poder soportar el dolor.

"Fueron unos momentos muy angustiosos", recuerda Rafael Limón al hablar del instante en el que el que quedó prendido. "El toro me tuvo mucho tiempo arriba, se me hizo eterno, parecía que aquello no iba a acabar nunca".

"Yo venía de poner un par de banderillas, el animal hizo hilo [en el argot taurino, cuando el toro persigue al torero sin hacer caso a los engaños] y aunque logré colarme en el burladero, el toro metió el pitón por el lateral, me alcanzó, me levantó para arriba, me zarandeó y en uno de esos movimientos me reventó el brazo", recuerda. "El dolor era horrible".

"Gracias a Dios que El Cid me agarró y no me soltó, él fue el que me salvó la vida", sentencia. "Si el toro me llega a sacar del burladero, me da una paliza fuera y sabe Dios qué hubiese pasado, pero seguro que nada bueno".

Después de ser observado en la enfermería de la propia plaza, el torero algecireño fue desplazado y operado de urgencia en Talavera, una intervención que duró alrededor de cinco horas. Los médicos suturaron las dos heridas que el asta había provocado ("son limpias, tiran un poco, pero se soporta") y restañaron el cúbito y el radio de su brazo derecho, pero está pendiente de pasar de nuevo por el quirófano.

"Estoy bastante dolorido y a la espera de que en un par de días pueda marcharme a Sevilla para que en el Fremap primero comprueben cómo ha ido la operación y después me intervengan de nuevo de las lesiones de la muñeca y el codo", explica el diestro, cuya presencia en la cuadrilla de David Galván también es frecuente.

"Ahora no es el momento de pensar cuándo volveré a saltar a un ruedo, lo que importa es recuperar totalmente la movilidad del brazo, que me lo ha machacado, porque me lo dejó como un trapo", explica el subalterno, sin poder ocultar su frustración.

"En fin, hay que entender que estas son cosas que van con la profesión", se apresura a puntualizar.Rafael Limón, que asegura que hasta el momento de la lidia en que fue prendido ni él ni sus compañeros habían observado nada que hiciese pensar que el enemigo era especialmente peligroso, se confiesa reconfortado por el gran número de llamadas y testimonios de apoyo que ha recibido desde que se produjo el percance. "Ha sido tremendo, no ha parado de sonar el teléfono, un montón de compañeros, de amigos... todo el mundo y eso claro que ayuda en estas circunstancias".

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