Málaga premia la novedad y la garra

1ª de abono

El malagueño José Antonio Lavado cortó la única oreja de la tarde y primera de la feria. Joaquín Galdós fue herido en el escroto Los debutantes Jesús Álvarez, vuelta, y Javier Orozco, cornada en el muslo, vivieron la cara y la cruz del toreo.

El malagueño José Antonio Lavado pasea la primera oreja de la feria, en su presentación como novillero con picadores.
El malagueño José Antonio Lavado pasea la primera oreja de la feria, en su presentación como novillero con picadores.
Irene Martín Moya

17 de agosto 2015 - 01:00

El contraste del rodaje y la experiencia frente a la novedad se hizo notar en la novillada, primera de abono de la feria taurina de Málaga. Debutaban con picadores Jesús Álvarez y Javier Orozco y vivieron la cara y la cruz del toreo. El sevillano pudo dar una vuelta al ruedo tras leve petición; mientras que el de Ronda, recibió una cornada que le impidió continuar con la lidia. Joaquín Galdós también fue herido en el escroto pero pudo concluir su faena, tras la cual fue ovacionado por perder premio con la espada. A la postre, el malagueño, José Antonio Lavado se hizo con la única oreja de la tarde, tras una labor de mucha entrega. Ginés Marín también firmó una faena seria pero pinchó, como Leo Valadez.

La novillada de Fernando Peña dio para todo, en tres horas de festejo, y en los tendidos se sintió la diferencia con el público de abono, más exigente con los veteranos con currículo y mucho más complaciente y animoso con la novedad de los que se presentaban en La Malagueta.

Abrió plaza un novillo que tuvo nobleza pero que no terminó de humillar. Ginés Marín lo saludó con una larga cambiada de rodillas en el tercio, siguió con verónicas y remató de nuevo de rodillas con una media. Galleó en el tercio de varas y la faena de muleta fue de más a menos. Costó calentar el ambiente y hacer sonar la música, cuando mejor estaba toreando, acortó distancias. Tras el arrimón vino el despliegue de recursos con luquesinas y manoletinas de perfil para cerrar. Mató de estocada entera pero no acertó con el descabello, perdiendo un posible premio.

Varea, más técnico, destacó por momentos, en detalles puntuales, como el inicio de faena con doblones y un cambio de mano muy templado. Al segundo de la tarde le faltó recorrido y no tuvo fondo. La labor se desarrolló en una especie de indiferencia por parte del respetable. Pinchó.

Joaquín Galdós fue herido mientras recibía al tercero de rodillas con verónicas. El novillo se quedó muy encima y le propinó una fuerte voltereta de la cual se sobrepuso para desarrollar su labor. Meritoria las ganas de ir a por todas que demostró. Tuvo un bello inicio con la muleta, flexionando la rodilla y se le vio con capacidad, gusto e inteligencia para realizar los toques precisos y tapar la guasa que tuvo el animal, que previamente había derribado el caballo. Sin embargo, acabó rajado tras ser sometido por el peruano, muy por encima de la condición del novillo. No acertó con la espada tampoco, por lo que todo quedó en una fuerte ovación, tras la cual pasó por la enfermería.

Leo Valadez destacó en el tercio de banderillas, donde se desenvolvió con soltura, clavando los pares en la cara del animal. Con más conexión con el público por su fuerza y arrebato, ligó series que tuvieron repercusión en los tendidos. Mató de media estocada y fue ovacionado.

José Antonio Lavado se sirvió de la transmisión que tuvo el cuarto para cortar oreja. El novillo no humilló pero el malagueño supo sacarle partido. Dejó una buena tanda al natural y el muletazo en redondo característico en é, mordiendo el lomo del animal. Eso gustó al público que acabó por entregarse con el novillero en ese final de faena efectivo. Además mató de media estocada sin puntilla lo cual hizo que aparecieran con rapidez los pañuelos.

El primer debutante de la tarde pudo torear largo con la muleta. El novillo no tuvo fondo, por lo cual la faena no tuvo la progresión deseada. Todo se acabó antes de lo previsto, pero no faltó la voluntad de Jesús Álvarez. Cerró su labor con manoletinas y dio una vuelta al ruedo. Pese a la media estocada previa al estoconazo final hubo leve petición de oreja.

La parte más amarga de la tarde se la llevó Javier Orozco, herido en la parte superior del muslo derecho de manera que no pudo completar su debut con picadores. El que cerró plaza fue el novillo más complicado de la tarde, buscó continuamente al novillero y no se desplazó. La cornada se vio venir hasta que llegó. Sí que pudo dejar algunos lances a la verónica distintivos, con las manos muy juntas. Ginés Marín le dio muerte al novillo sin más preámbulos, dando por finalizada la tarde.

Un punto determinante del festejo fue la actitud del público, irreconocible en los primeros momentos, midiendo severamente a los novilleros. Llega el abono y La Malagueta deja de ser el festín que se vive en las novilladas previas, que llenan el coso de gente con ganas de pasarlo bien.

PLAZA DE TOROS DE LA MALAGUETA Ganadería: Siete novillos de Fernando Peña. TOREROS: Ginés Marín, ovación tras aviso; Varea, palmas; Joaquín Galdós, ovación tras aviso; Leo Valadez, ovación; José Antonio Lavado, oreja; Jesús Álvarez, que debutaba con picadores, vuelta tras leve petición; Javier Orozco, que debutaba con picadores, herido. INCIDENCIAS: Joaquín Galdós fue herido en el escroto pero continuó la lidia. Javier Orozco sufrió una cornada en la pierna derecha que le impidió continuar con la lidia.

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