Román, que asombra, y Conchi Ríos cortan una oreja en Fallas
El presidente negó al torero local la puerta grande · Excelente novillada de El Parralejo, con dos ejemplares premiados con la vuelta al ruedo
GANADERÍA: Novillos de El Parralejo, bien presentados y de muy buen juego en líneas generales. El tercero, de nombre Vejado, y el cuarto, Brevito, fueron premiados con la vuelta al ruedo. Apuntó buena condición el primero, que se lastimó durante la lidia. TOREROS: Conchi Ríos, palmas y oreja tras aviso. Fernando Adrián, vuelta al ruedo tras aviso y vuelta al ruedo tras petición. Román, oreja tras aviso con fuerte petición de la segunda y vuelta al ruedo tras petición. Incidencias: Plaza de toros de Valencia. Un tercio de entrada en tarde agradable mientras lució el sol.
La plaza del toros de Valencia contempló, en la segunda novillada de la Feria de las Fallas, el triunfo de Román Collado, un chaval de la tierra que asombró al público y al que el presidente del festejo le negó la puerta grande.
Excelente novillada de El Parralejo, con dos ejemplares premiados con la vuelta al ruedo, en una tarde en la que Conchi Ríos obtuvo un oreja de uno de sus oponentes y Fernando Adrián tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo en sus dos intervenciones.
La divisa de El Parralejo demostró que lo apuntado en esta misma plaza en la becerrada del año pasado no fue casualidad. Dos novillos excelentes premiados con la vuelta al ruedo, dos muy manejables -el segundo, bravo de verdad en el caballo- y un primero que se lastimó pero apuntó buena condición, es un balance más que positivo porque, ante todo, embistieron.
Valencia encontró a un torero. Román, de la tierra y forjado en su escuela taurina, firmó una aparición deslumbrante en el que era su primer paseíllo en el coso de la calle de Játiva. A su primero, al que ya templó de salida a la verónica y en el quite por talaveranas rematado con una buena larga cordobesa, Román, que cumplía diecinueve años ayer mismo, lo toreó como los ángeles. Enganchó la embestida delante y la vació atrás con un temple exquisito por los dos pitones. Se tiró a matarlo por arriba, donde dejó la estocada. El público pidió con fuerza la segunda oreja, pero el presidente sólo concedió una. Román mantuvo la sonrisa, llegó al callejón y Simón Casas y Santiago López le estrecharon la mano. Son sus nuevos apoderados. En diez minutos, a Román le cambió la vida.
Con el sexto, que se movió con peor estilo que sus hermanos, Román estuvo valiente, pero dos inoportunos desarmes impidieron que terminara de tomar vuelo. Aun así se volcó sobre el morrillo en la suerte suprema, saliendo de la suerte encunado y con la taleguilla destrozada. De nuevo petición de oreja no concedida. Vuelta al ruedo.
Conchi Ríos sorteó en primer lugar un novillo que apuntó buena condición pero que se lastimó durante la lidia. Con el cuarto, que embistió siempre por abajo con una clase excelente y para el que se llegó a pedir el indulto, se acopló en tandas cortas. La novillero murciana trató siempre de hacer las cosas bien pero el trasteo no tuvo la entidad que requería su oponente. Cortó una oreja y Brevito recibió los honores de la vuelta al ruedo.
El novillero madrileño Fernando Adrián anduvo sobrado con su lote. Mostró oficio, capacidad y ciertas dosis de valor. Al encastado segundo, al que recibió con faroles de rodillas en el tercio, y al mansito del quinto, les dio fiesta, pero el mal uso de los aceros le dejó sin premio.
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