"Volveré a torear, aunque sea con un parche en el ojo"
El diestro jerezano fue informado ayer por los médicos de las consecuencias de la gravísima cornada que sufrió el pasado 7 de octubre en la plaza de Zaragoza
El torero Juan José Padilla, que fue informado ayer por los médicos de las consecuencias de la gravísima cornada que sufrió en el rostro el pasado día 7 de octubre en la plaza de toros de Zaragoza, ha asegurado a sus allegados que volverá a torear, "aunque sea con un parche en el ojo".
Acompañado por su esposa, Lidia Cabello, el diestro jerezano escuchó las palabras de los doctores, que le confirmaron el diagnóstico de la parálisis facial del lado izquierdo y la posible pérdida de visión del ojo del mismo lado, explicó su apoderado, Diego Robles.
Asimismo, los médicos expresaron al torero la posibilidad de que, pasado el tiempo, cicatrizadas las heridas y soldadas las fracturas sufridas, podría someterse a algún tipo de tratamiento para recuperar movilidad en la zona afectada.
Consciente del alcance de la cornada, Padilla se ratificó en su determinación de volver a torear y ha pedido a sus apoderados que no anulen ninguno de los contratos que tiene firmados en países americanos para noviembre, que son los del día 13 en Lima (Perú), el 18 y el 19 en las plazas venezolanas de Valencia y Maracaibo y el 30 en Quito (Ecuador).
El torero sigue ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Miguel Servet, donde ayer fue visitado por un buen número de compañeros y amigos, que le encontraron con fuerza y ánimo. "Hay Padilla para rato" fue la frase que más se repitió durante todo el día.
El diestro de Jerez, al que se le ha reducido la sedación, no ha tenido fiebre en ningún momento, lo que aleja la posibilidad de una temida infección en la tremenda herida que le infirió Marqués, un toro de Ana Romero, en la segunda corrida de la Feria del Pilar.
Los médicos contemplan la posibilidad de que sea trasladado a planta en unas 48 horas y ya tienen previsto que comience a tomar los primeros alimentos líquidos.
"Está bastante mejor. Nunca ha perdido el ánimo desde que ocurrió el percance, pero ahora además se le nota infinitamente más fuerte, con la vitalidad que le caracteriza", explicó Robles.
El apoderado está viviendo con esperanza "la incertidumbre de lo que vendrá en las próximas 48 horas", según el plazo establecido por los doctores para saber si Padilla volverá a ver o no por el ojo izquierdo, un desenlace para el que hay que apoyarse, dice, "en la ciencia médica, por supuesto, y en el carácter del torero".
"Es importante tener presentes los grandes avances médicos que hay en este campo. Ya nos han advertido que el nervio óptico está dañado, pero nada hay perdido definitivamente. Hay que seguir confiando en las nuevas técnicas. Los médicos, desde luego, lo están haciendo fenomenal", ha dicho.
Por otro lado, la esperanza del apoderado obedece sobre todo "a la capacidad de reacción" del torero, que ayer, en la UCI, dijo, "nos ha dejado boquiabiertos".
"Han pasado su mujer y sus padres, después el apoderado Toño y yo, y con nosotros El Fandi y Manuel Caballero. Y al Fandi le decía: 'Ya me las apaño así: ahí está el toro, donde estas tú, y, mira, já!..., lo veo venir perfectamente' y el gesto de su brazo y su mano era un muletazo ideal. Que no, que no, que éste no entrega la traba tan fácilmente", decía, convencido, el apoderado.
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