El cordobés José Luis Moreno sale a hombros

Talavante corta una oreja y Cayetano es silenciado en Los Califas, ante toros de La Palmosilla

Redacción

26 de mayo 2011 - 01:00

José Luis Moreno se alzó como triunfador del festejo de ayer en la plaza de toros de Los Califas, donde cortó un total de tres orejas y salió a hombros, mientras que Alejandro Talavante fue premiado con un trofeo y Cayetano se marchó de vació en una corrida con reses de La Palmosilla, de juego desigual.

Moreno triunfó con su primero, un animal protestado de salida por su trapío, con el que el torero cordobés realizó una faena interesante, acoplándose al flojo animal. Moreno dosificó al toro y consiguió templados muletazos. Mató de estocada certera y le premiaron con una oreja.

Ante el bravo cuarto, que acometió con nobleza, estuvo muy bien y afloró ese torero que baja la mano y manda en las embestidas del toro. Moreno dibujó muletazos largos y ligados. Faena con gusto del torero cordobés, que mató de estocada entera y fue premiado con dos orejas.

Alejandro Talavante, ante su primer oponente, comenzó su faena con estatuarios. El público protestó ante las escasas fuerzas del toro, que perdía una y otra vez las manos. El diestro pacense se mostró con poca garra en un trasteo breve y que no caló en el público y en el que faltaba toro. Para colmo, falló reiteradamente con la espada y su labor fue silenciada. Talavante destacó ante el quinto en el toreo al natural. Consiguió buenos muletazos, que alternó con algunos enganchones. Mató de estocada entera un poco caída y fue premiado con una oreja.

Cayetano contó con el peor lote. Ante su primero poco pudo brillar, ya que el astado se derrumbó en varias ocasiones, con el público protestando la debilidad del animal. La labor, breve, no contó para los espectadores y fue silenciada.

Cayetano se encontró como segundo de su lote con un toro inválido. El diestro, en una labor sin argumentos y muchas dudas, no consiguió nada positivo. Mató mal (dos pinchazos, media y dos descabellos) y nuevamente la respuesta del respetable fue el silencio.

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