La histórica temporada del indulto
Manzanares fue premiado con dos orejas simbólicas del toro 'Arrojado', de Núñez del Cuvillo · La Puerta del Príncipe se abrió por vez primera para el alicantino, mientras que El Juli la descerrajó por segunda vez
La temporada 2011 en la plaza de Sevilla pasará a los anales de la Maestranza por varios acontecimientos, especialmente por el indulto del toro Arrojado. Sin duda, los impactos más fuertes sucedieron en la Feria de Abril, con un Manzanares pletórico e inspirado que indultó al citado toro de Núñez del Cuvillo, consiguiendo su primera Puerta del Príncipe; y también por el despliegue de poderío de El Juli en las tardes en las que actuó en Sevilla, logrando en una de ellas su segunda salida a hombros por la citada puerta mítica de la Maestranza.
En el contexto de la temporada, dentro de la Feria de San Miguel, los diestros Manuel Jesús El Cid, Alejandro Talavante y Curro Díaz consiguieron un trofeo cada uno por labores de muy distinta factura y calado. En otras fechas clave, tras un Corpus desangelado, Antonio Nazaré se convirtió en el triunfador de la Corrida de la Virgen de los Reyes del 15 de agosto y con un importante triunfo justificó su inclusión en la Corrida de la Cruz Roja, que el pasado 15 de octubre supuso el cierre de la campaña en el coso del Arenal.
La Feria de Abril 2011, con el preámbulo del Domingo de Resurrección, estuvo marcada por el poderío de Julián López El Juli y el recital de temple de Manzanares; así como el indulto del toro Arrojado, de Núñez del Cuvillo. Como antecedentes a este hecho insólito, en el coso del Baratillo, en el siglo XX se indultó un novillo, Laborioso, el 12 de octubre de 1965 por el sevillano Rafael Astola. En cuanto a toros, hay que remontarse al XIX, siglo en el que con una normativa y tauromaquias distintas, se indultaron a Zancajoso, de José Anastasio Martín, lidiado el 3 de mayo de 1861, que mató 11 caballos y tomó 33 varas; y a Playero, de Joaquín Murube, lidiado el 18 de abril de 1897 -recibió seis varas y le indultaron porque en el campo se dejaba acariciar e incluso montar-. Se lidió nuevamente en Lisboa, el 20 de junio del año siguiente, volviendo a la dehesa, donde murió de viejo.
En el ciclo abrileño, junto a El Juli y Manzanares, el camero Esaú Fernández cortó sendas orejas el día de su doctorado; entre tanto El Cid y Luque consiguieron cada uno un trofeo.
José María Manzanares, artífice del indulto, cuajó una feria histórica; se entregó el Domingo de Resurrección; y el sábado 30 de abril toreó con una despaciosidad sublime al citado toro, al que inmerecidamente indultó el presidente, Julián Salguero. Astado de nobleza extraordinaria en la muleta, pero sin llegar a la misma altura en los otros tercios. El alicantino fue premiado con las dos orejas simbólicas y rubricó su triunfo con otra faena templada, rematada con una gran estocada y premiada con dos orejas. Redondeó su fantástica actuación abrileña en la corrida de Jandilla, con dos faenas pletóricas, por encima de su lote; aunque, por la espada, el premio quedara en una oreja.
El Juli, tras una soberbia faena en la que desorejó a un toro de Daniel Ruiz el Domingo de Resurrección, cortó un total de tres orejas y abrió la Puerta del Príncipe en su segundo compromiso, y en su última tarde no tuvo opción al lucimiento. Demostró una capacidad lidiadora sublime, con valor y conocimientos plenos en la selección de terrenos y distancias y una técnica de lidiador pletórico.
Esaú Fernández supuso una agradable sorpresa por su frescura en su alternativa, en la que cortó dos orejas -una a cada toro- a un buen lote de El Pilar.
El Cid, en su primer compromiso, se enfrentó a un lote desigual; en su segundo pecó de desconfianza y sólo en su última tarde consiguió un trofeo de un buen toro. Morante bordó el toreo a la verónica en un par de actuaciones; pero, en conjunto, no tuvo suerte con sus lotes. Ponce, en su única tarde, decepcionó. Perera se justificó con creces en su doblete. Talavante, con malos oponentes, dio imagen de torero firme en su segunda tarde. Cayetano, muy lejos de las expectativas creadas; si bien dio una vuelta al ruedo en su segunda comparecencia, en la que gustó su variedad capotera y realizó una buena faena a un manso. En su primera oportunidad estuvo mal. Luque, sin buenos toros, derrochó solvencia, jugándosela ante un peligroso lote de El Ventorrillo y cortó una oreja en su segunda tarde, en la que de haber estado acertado con la espada, hubiera conseguido más trofeos. Salvador Cortés destacó al natural ante un nobilísimo victorino, pero malogró la faena con la espada. Oliva Soto tampoco remató con el acero una buena faena. Fandiño se jugó la vida sin contemplaciones ante un toro peligrosísimo. Vilches no obtuvo frutos ante su lote. Barrera fue ovacionado por una labor épica.
El debutante Alberto Aguilar se estrelló con un lote difícil. Y Mora y El Fandi no contaron con opciones claras. Juan José Padilla propinó una soberbia estocada, digna de premio. También Pinar recetó otra contundente. Tendero porfió con un mal lote. Tejela pudo sacar mayor partido a uno de sus toros. Y en la peligrosa miurada, destacó Rafaelillo con un valor colosal; Moreno cumplió y al mexicano Israel Téllez, que debutaba, le enviaron al corral un toro.
En cuanto al rejoneo -suspendido por lluvia el cartel estrella -Hermoso, Hernández y Ventura-, en la matinal, en la que se retiró Antonio Domecq, cortaron sendas orejas Rui Fernandes, Cartagena, Hernández y Palha.
En el aspecto ganadero, lo más destacado fue la excelsa nobleza del citado toro indultado de Núñez del Cuvillo, Arrojado. Ese encierro, dispar en presentación y juego, contó con un toro más completo que el indultado. También con nota, El Pilar. El resto del listón ganadero, muy bajo. Dolores Aguirre falló en su presentación en la Maestranza. El Ventorrillo, una ruina. Victorino, Fuente Ymbro y Manolo González, descastadas. Alcurrucén naufragó. Jandilla, con complicaciones. Garcigrande, Daniel Ruiz, Conde de la Maza, Torrehandilla-Torreherberos, con encierros desiguales en presentación y juego, dieron toros sueltos aceptables. Muy peligrosa la corrida de Miura y buen nivel de Bohórquez, única corrida lidiada en rejones. En conjunto, el resultado ganadero en Sevilla fue un reflejo de lo sucedido en el conjunto de la temporada, con demasiadas reses justas de poder y fuerza.
El escalafón novilleril quedó este año alto gracias a aspirantes tan interesantes como Fernando Adrián, Sergio Flores, Rafael Cerro, Emilio Huertas y Damián Castaño, entre otros. Incluso, entre los alevines, dentro de los festejos de promoción, destacaron varios chavales, como Tomás Angulo -ganador del ciclo de nuevos valores-, Tomás Campos y Brando Campos.
Entre lo más desagradable, la cornada grave y fractura de peroné que sufrió Curro Díaz, cuando desgranaba bellos naturales en la corrida del pasado 7 de mayo.
En San Miguel, El Cid, Talavante y Curro Díaz -repuesto del grave percance primaveral-, consiguieron cada uno un trofeo.
Y en el cierre de la temporada, en la Corrida de la Cruz Roja, Salvador Cortés cortó una oreja; entre tanto Antonio Nazaré ratificó su buen momento, consiguiendo su segundo trofeo y dejando la puerta abierta a la esperanza.
También te puede interesar