La leyenda de un coloso del toreo en la mirada de otros artistas
Jesús Rojas Marcos se adentra en 'La imagen de Joselito en las artes plásticas', en la segunda conferencia dedicada al maestro de Gelves en la Maestranza
Al igual que sucede con los festejos taurinos, también en las conferencias acontecen sustituciones por percances previos. Es lo que sucedió ayer en la Maestranza, donde estaba anunciado el académico Juan Miguel González Gómez, quien no pudo asistir. En su lugar, dictó la conferencia La imagen de Joselito en las artes plásticas Jesús Rojas Marcos, a quien presentó Luis Manuel Halcón de la Lastra, conde de Peñaflor de Argamasilla y académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, institución que junto a la maestrante han organizado un ciclo de conferencias para conmemorar el centenario de la alternativa de Joselito el Gallo (Gelves, 1885-Talavera de la Reina, 1920), quien se doctoró en la plaza de toros de la Maestranza el 28 de septiembre de 1912.
El presentador refirió lo distante que se mostró la corporación maestrante con Joselito cuando erigió la Monumental sevillana y destacó varios rasgos de los valores del conferenciante, dentro de sus facetas como académico correspondiente, profesor en Historia del Arte, escritor y pianista.
Jesús Rojas Marcos, tras situar a Joselito el Gallo en el contexto taurino, aludiendo a que "ha sido considerado el mejor torero de todos los tiempos", se adentró en su imagen desde el punto de vista de las artes plásticas, dividiendo su conferencia en seis apartados: la alternativa, el arte de un genio, la edad de oro: Joselito y Belmonte, la cogida y la muerte: el triunfo del héroe, el cincuentenario de la alternativa y el centenario de la misma. En cada uno de los mismos, con diapositivas, recaló en el tratamiento de Joselito a través de obras pictóricas y escultóricas.
Así, sobre la efeméride más importante para todo torero, el doctorado, profundizó principalmente en la obra Ganó la apuesta, un cuadro firmado por M. Salvatella, seudónimo del maestro imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci, que perteneció a Rafael el Gallo y actualmente se encuentra en el Museo Taurino. Una pieza "romántica, localista", en la línea de los Bécquer, con "colorido vitalista" y en la que Joselito se adorna cogiendo un cuerno al toro Caballero, de Moreno Santamaría, con el que tomó la alternativa, de manos de su hermano Rafael el Gallo.
Sobre el apartado del arte de un genio refirió varias obras, centradas fundamentalmente en el tercio de banderillas, en el que el Coloso de Gelves fue un consumado especialista.
En la competencia Joselito-Belmonte, apuntó sobre el primero una obra de Genaro Palau Romero, en la que viste de verde y oro, sin toro, "con la mirada introvertida" y en la que tiene "un carácter apolíneo" y como contrapunto otra de Roberto Domínguez Fabiola, que representa a Belmonte toreando, dando una imagen "dionisiaca".
Lógicamente, sobre la cogida y la muerte, el disertador hizo hincapié en el grandioso y excelente mausoleo de Joselito, ubicado en el cementerio de San Fernando de Sevilla. Una obra maestra de Mariano Benlliure en correspondencia a "la consternación nacional" que se vivió en España y a la "manifestación de duelo más impresionante" que se haya vivido en Sevilla. En el análisis, pormenorizado, desgranó desde la composición del suntuoso sepulcro y sus materiales hasta algunos de los personajes, uno de ellos el mítico Ignacio Sánchez Mejías, cuñado de Joselito el Gallo; e incluso "aparece don Eduardo Miura, que ya estaba muerto" cuando se erigió el monumento. Una obra "con los personajes en bronce, que los hace cercanos", coronada por "el protagonista en la parte superior, en mármol, material noble".
Asimismo revivió el cincuentenario de la alternativa de Joselito con el monumento erigido en su pueblo, obra de Federico Coullaut-Valera, que representa al torero tras lidiar y vencer al toro; y refirió el de Belmonte en Triana, de Venancio Blanco.
Como broche final, analizó el cartel de Manolo Valdés, inspirado en una fotografía de Serrano, que recoge un brindis en la Maestranza y en el que la figura en blanco y negro, con papelillos de color, aporta una "visión pop", distante de lo que supuso el clasicismo torero de Joselito.
En definitiva, una exposición con la aproximación a un mito a través de la mirada de varias artistas de las artes plásticas, quienes han hecho pervivir a Joselito el Gallo como un coloso del toreo y una auténtica leyenda.
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