Tarde de caprichos presidenciales
Decimocuarta de abono de la Maestranza
A Daniel Luque le birló el palco una oreja y le concedió otra menos solicitada
Tomás Rufo, siempre firme y con mucha disposición le cortó una oreja al sexto
Morante le dijo adiós a la Feria entre cariñosas ovaciones
Puerta del Príncipe: ambiente en la plaza de toros
Las mejores fotos de la corrida
Ficha de la corrida
Plaza de toros de la real maestranza
GANADERÍA: Se lidiaron toros de Garcigrande, justos de presentación y de juego decepcionante.
TOREROS: Morante de La Puebla, de nazareno y azabache, ovación y saludos en ambos con un aviso en el cuarto. Daniel Luque, de corinto y oro, fuerte petición de oreja y vuelta al ruedo en su primero y una oreja en el otro. Tomás Rufo, de verde y oro, petición de oreja y saludos y oreja en el sexto.
CUADRILLAS: Saludó en banderillas Joao Ferreira y lucieron Curro Javier, Juan Contreras, Jesús Arruga y Fernando Sánchez.
INCIDENCIAS: Se colgó el cartel de ‘no hay billetes’ en tarde soleada y de agradable temperatura.
ESTO va tocando a su fin, se iban de la Feria Morante y Daniel Luque, hacía su debut y despedida Tomás Rufo y se colgaba el no hay billetes por quinta vez, justamente las cuatro tardes del de La Puebla y la primera de Roca Rey. Este sábado será la última del peruano y de nuevo lucirá el cartelito, quizás por última vez en esta Feria. Se esperaba con esperanza el segundo encierro de los garcigrandes y no se dieron las cosas como se esperaba. Las sombras de Orgullito y de Ligerito pesan los suyo, pero éstos garcigrandes no respondieron a lo esperado.
Se va acabando la Feria y cuando eran las nueve y diez minutos de la noche y Morante abrochaba con la media su quite al sexto toro aquello nos sonaba a triste despedida. Y es que en unas circunstancias como las que sufre el cigarrero cuajar la Feria que ha cuajado tiene un mérito grande. En sus cuatro tardes ha estado por encima de sus lotes y en la retina se eterniza su obra ante Bodeguero, otro garcigrande. Desde el Domingo de Resurrección con la de Cuvillo pasando por la de Domingo Hernández y la de Matilla, Morante ha estado a un nivel altísimo y ha despejado cuantas dudas suscitaba su estado físico.
Bueno, pues este viernes salía de la Feria y puede decirse sin ningún tipo de dudas que pechó con el peor lote de una tarde de escasa bravura. Abrió con Campanudo y tras el recibo por verónicas y preciosos delantales le brindaba el toro a Moreno Bonilla, pero quedaba inmediatamente claro que no era toro de brindis. Campanudo no quiere guerra, se ancla al albero y tras un esbozo de naturales en la boca de riego, opta por el aliño y a matar.
Fiero se llamaba el alto cuarto y que ya en el capote busca con el izquierdo. Morante empieza con estatuarios de esos que se dieron en llamar como del Celeste Imperio, remata con un natural de ensueño y ruge la plaza. Surgen más solemnes naturales y bajo los sones de Suspiros de España componen el meollo de una de esas faenas que Morante se saca de la manga, pero Fiero tiene poca fiereza, es demasiado tardo y, tras unos naturales opta por abreviar. Ha sido su último toro y la Maestranza le agradece la disposición mostrada en la que puede haber sido una de sus Ferias más completas.
Daniel Luque, ese gallo de pelea que encuentra toro en cualquier rincón de la plaza, fue protagonista del apartado surrealista de la tarde, pues el palco que presidía Fernando Fernández-Figueroa le birló una oreja y le regaló otra en una especie de ley de las compensaciones que no tiene sentido. Se llamaba Foráneo el negro segundo toro de la tarde y se muestra muy deslucido en el primer tercio, pero la lidia no tiene secretos para Luque. Sobándolo logra meterlo en el canasto para cuajar una faena de premio que tiene de epílogo esas luquecinas que tanto llegan. Una lección magistral y una estocada da pie a que se pida la oreja con fuerza, pero el presidente dice que nones y la plaza se enfurece contra el usía. Pero en el quinto, la oración se vuelve por pasiva y, tras una faena bajo los sones de Cielo andaluz y sin que medie tanta petición, el presidente le da la oreja de Púgil en una decisión extraña.
Llegaba el toledano Tomás Rufo a la Feria con este único cartucho de una corrida de lujo. Sabe Tomás a qué sabe cruzar en hombro la Puerta del Príncipe y a fe que salió con ese objetivo. Siempre dispuesto, sin dejar pasar una sola ocasión con el capote logró enjaretar dos faenas de muletero poderoso. Con el colorado Deseado que brindó a Pedro Trapote se mostró muy por encima del toro con un comienzo trepidante por redondos con las dos rodillas en tierra. Firme y poderoso, Rufo exprime la poca bravura del toro y le piden la oreja que el presidente no da. En el sexto, Campaño de nombre y alto, Rufo repite la obra, pero en un tono menor porque así lo dispone el toro, pero tras la estocada caidilla, el presidente concede la oreja. Y así terminaba loa tarde en que José Antonio Morante Camacho, el eje de la Feria, le decía adiós. Y este sábado vuelve Roca Rey, ese ciclón.
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