El instrumento que hace que la Feria no esté sorda
El músico Jesús Solano expone en el Mercantil 300 castañuelas artesanales
Jesús Solano nunca pensó que unas castañuelas le harían recuperar la movilidad completa de su muñeca. Tras toda una vida siendo pianista, una lesión en el radio le impidió seguir tocando este instrumento. Y fue entonces cuando se fijó en el conjunto de castañuelas de su mujer, que él mismo le había regalado, pero con las que jamás había practicado. Poco a poco se fue convirtiendo en un apasionado de este instrumento. Y hoy posee una colección de 300 castañuelas artesanas.
Por el momento, Solano no tiene previsto dejar de ampliar su colección. Cada castañuela es única y esconde una historia personal, lo que hace de ellas no sólo un instrumento, sino un objeto único e íntimo que ha pasado de padres a hijos.
"La mujer que va a la Feria de Sevilla debe tocar las castañuelas", reivindica Solano, advirtiendo que es un arte que se está perdiendo. "La Feria está sorda sin las castañuelas", apunta, lamentando que en los últimos tiempos se haya perdido esta tradición. Es algo que no comprende, puesto que se trata de un instrumento asequible y complemento perfecto para el traje de flamenca.
Sus castañuelas son de ébano y alguna tienen más de 150 años. Se la cambió un amigo cercano del que nunca pensó que podría deshacerse de este valioso regalo . De toda su colección, sus favoritas son unas maragatas del siglo XIX que fueron tocadas por Udaeta y por las que posee un gran aprecio.
Esta gran pasión le ha llevado a Solano a estudiar a fondo la historia de este instrumento. "Las primeras que se conocen reciben el nombre de Cruzmata, aunque anteriormente ya se tocaban huesos como instrumento y esto ha derivado en las castañuelas que conocemos hoy en día", explica. Para gustos, castañuelas. Y es que cada región tiene las suyas propias: se pueden encontrar de todas las formas, tamaños y materiales. Algunas datan del año 3000 antes de Cristo. Ya están consideradas como un instrumento de orquesta. "Incluso se compuso un concierto para la propia Lucero Tena con castañuelas", recuerda el músico.
Pero las castañuelas no son su única pasión. Jesús Solano también es un gran apasionado y estudioso de la guitarra española y la poesía. "Nunca se tiene edad de dejar de aprender", asegura el que es autor de dos libros.
Tras su recuperación, ha vuelto a poder tocar el piano de manera plena. Y es que está convencido de que las castañuelas no sólo sirven para hacer llegar a nuestros oídos la singular música que producen, sino que ayudan a mejorar también la concentración o a recuperar la movilidad de las personas con artrosis.
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