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Comienza VII Festival de Jazz de Cádiz

  • La iniciativa tendrá tres sedes, el Hotel Atlántico, el Barrio del Pópulo y el Baluarte de la Candelaria También se incluyen varios talleres como actividad complementaria

El jazz ha perdido las fronteras. Ahora campa a sus anchas por el mundo musical y rara es la ciudad que no presenta un festival de este género, en el que puristas y artistas que mezclan el jazz con otras músicas de distinta procedencia aprovechan para mostrar su talento. En Cádiz hay que esperar al verano. Esta noche comienza el Festival de Jazz de Cádiz, que ya alcanza su séptima edición, organizado por la asociación Qultura, con el apoyo, este verano, de Musicario.

Marina Fernández, organizadora del Festival, presume de la buena relación que la capital gaditana tiene con el jazz. "Hay una fidelidad del público, que siempre recibe al festival con buena acogida, hay una gran demanda". Fernández, además hace referencia a la escuela que la Universidad de Cádiz ha creado exclusivamente para el fomento de este género.

La edición de este año se desarrollará durante seis días, hasta el próximo 3 de agosto, y sus sedes se reparten por varios enclaves señeros de la ciudad.

El 29 de agosto, el Festival dará inicio en el Parador Atlántico con la actuación de Rouchi Manouche, grupo de música swing con aires andaluces. "Es una banda que hace un jazz que se toca en Francia. Es asequible, melódico, agradable y que se puede bailar", comenta Marina.

El barrio del Pópulo es el lugar elegido para albergar las dos actuaciones que se desarrollarán mañana miércoles y el jueves, en el recinto del Castillo de la Villa. Gabacho Maroconnection, un grupo de jazz cuyos componentes proceden de Francia, San Sebastián y Marruecos, y que realiza una fusión de músicas del reino vecino será el protagonista en la segunda jornada de esta iniciativa. Al día siguiente, volverá el espectáculo al Pópulo, con los sones latinos de Tumbando a Monk. "Resulta imposible -afirma la organizadora del festival- dejar de bailar con ellos". Los dos conciertos que se darán en el Barrio del Pópulo, así como el de inauguración en el recientemente reformado Parador Atlántico, serán de entrada libre hasta completar aforo.

Con el comienzo del mes de agosto, el festival coge fuerza y añade a su programación de conciertos, varios talleres, clases magistrales y dos sesiones de jamsession cuando finalizan los espectáculos. Además, se pondrán a disposición del público tiendas y barras de comida y bebida.

El Baluarte de la Candelaria será el encargado, esta vez, de acoger los tres conciertos de pago, que se celebrarán los tres primeros días de agosto. Ernesto Aurignac será el primero en pisar esta antigua construcción defensiva. La promotora de esta iniciativa alaba el buen hacer de este saxofonista malagueño, de quien asegura que "es un gran profesional de esta tierra, de quien hay que estar muy atento".

El 2 de agosto, cuando el festival entra en su tramo final, la organización opta por dar un sabor aún más local a la cita con la actuación de Andalucía Big Band, una formación dirigida por Bob Sands, y con el cuerpo de baile de Samuel Rigal, bailarín cubano, promotor del swing en la región. Después de ambos conciertos, la fiesta no finalizará en el Baluarte de la Candelaria, donde comenzarán sendas jamsession, con profesores de la ya mencionada Escuela de Música Moderna y Jazz de la Universidad de Cádiz.

La cita más internacional de las seis jornadas que dura el evento llega el último día, con la cantante brasileña Thaïs Morell, que acaba de estrenar su primer disco. En Cancioneira, trabajo donde la influencia del jazz se deja sentir junto a la bossanova del país carioca, en una voz deliciosa que se ha formado, entre otros centros de estudios, en la sede que el prestigioso Berklee College of Music tiene en Valencia. Además, la artista brasileña impartirá un curso de canto bossa nova.

Durante los últimos tres días se ofrecerá una serie de talleres donde se podrá bailar swing y aprender lindyhop y claqué, aunque ya están agotadas casi todas las plazas. En la jornada que cierra el festival se realizarán los talleres Vibra-Tó, con un concierto didáctico destinado a niños, y un taller de construcción de instrumentos musicales para todos los públicos. Todo ello se completa con una clase magistral de improvisación, con Pedro Cortejosa y David León.

Seis días en los que el jazz inundará la ciudad -se ha organizado, además, una actividad el sábado en Quilla al atardecer- y que tienen el objetivo, como afirma Marina Fernández, "de ayudar a descubrir nuevos artistas. Hace unos años vino Silvia Pérez Cruz y ahora es una artista con un reconocimiento increíble".

Marina Fernández es una enamorada del jazz y cree que "si la música te gusta, te gusta... Es un error cerrarse porque hay artistas de gran éxito que están incorporando a sus trabajos aportes del jazz como Miguel Poveda, Zenet o La Canalla y gustan a muchísima gente", sentencia.

"Sé que si la gente viene al festival se va a acabar enamorando. Sé que les va a sorprender", señala con orgullo Fernández. Tanto ella como los demás miembros que componen la asociación Qultura buscan, a través del Festival, "enseñar el presente del jazz y hacer notar las nuevas tendencias, como el repertorio del swing o el lindy hop, que están entrando muy fuerte en Andalucía", confirma la organizadora del evento.

No solo el hecho de mostrar las nuevas tendencias es lo que motiva a la asociación Qultura a la hora de organizar este Festival de Jazz de Cádiz. Marina Fernández añade que "es una noche especial de verano en la ciudad y que contribuye a aumentar la oferta turística." Fernández espera que la gente "no se quede en casa y que venga. Aunque haya poniente, que vengan a disfrutar."

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