Puntadas con ocho siglos de historia

"Lo importante es que el resultado sea bueno y, por tanto, perdure en el tiempo". Con estas palabras habla el modisto Manuel Obando de la necesidad de que nazca en las nuevas generaciones interés por la sastrería y la modistería, oficios cuyo gremio cuenta en la ciudad con ocho siglos de historia, desde que el rey Fernando III diera impulso a la unión de estos profesionales. Hasta el domingo, día 22, y con el firme propósito de hacerse ver y que se ponga en valor este tipo de artesanía el Gremio de Sastres y Modistas de Sevilla, la asociación que rescató en 1975 la herencia de la entidad primigenia, expone El arte de la costura en el Círculo Mercantil e Industrial.

Diez de los once componentes de la asociación profesional local -todos excepto Jesús Cabello Morales- exponen en esta muestra "una parte de lo que son capaces de hacer", según apunta orgulloso su presidente, Miguel Reyes. El modisto, que también exhibe varios modelos, cumple un año al frente de la entidad haciendo posible esta iniciativa con la que el gremio pretende que se conozca y se valore su trabajo. Por eso en cada sección hay una fotografía de los responsables de los trajes, "para ponerle cara a este oficio", añade Reyes.

La exposición es además una oportunidad para reivindicar como una necesidad que los jóvenes se interesen por ambos oficios, tanto el de modisto como el de sastre. Así lo cree el modisto Manuel Obando que lamenta que esta artesanía esté desapareciendo en España por falta de impulso, ya que, por ejemplo, en el área de la formación se instruye en diseño y no en tareas de confección. Un empuje que sí se da en Italia donde firmas como Valentino o Dolce & Gabanna cuentan en sus filas con artesanos que confeccionan habitualmente piezas en sus colecciones. "A veces ni encuentras gente cualificada para trabajar en el taller. Es dramático", explica el modisto, que sentencia que sin oficio, no hay diseño posible, puesto que la "buena costura" ha cambiado poco, mientras evolucionan los modelos y los materiales. Prueba de que hasta el traje más vanguardista necesita de una adecuada ejecución es el vestido confeccionado en neopreno que Obando exhibe en la muestra.

La exposición es una puerta abierta a disfrutar de cerca de las creaciones de estos profesionales. De los trajes de Ibáñez y de los nupciales de Aurora Gaviño. De los que presenta Ávila, quien vistió de maestrante a Cayetano Martínez de Irujo el día que su hermana Eugenia se casó con Francisco Rivera, de los de O'Kean, que suele vestir a Curro Romero, y de los de Blanco & Belmonte, que cuenta con Paloma San Basilio entre sus clientas. La nota vintage la ponen las creaciones de María Ramos, restauraciones y recreaciones de encajes y prendas de siglos anteriores que sorprenden por su exquisitez. Y, como testigo de la actualidad de este oficio, el vestido que Nerea Barros llevó a la Gala 25 Aniversario de la cadena Antena 3 días antes de recibir el Goya como Mejor Actriz Revelación 2015 por su papel en la película La isla mínima que lo firma Alejandro Postigo y que se expone en El arte de la costura.