Sevillanos que no olvidan Chernobyl

Las hermandades continuarán con el programa de acogida de niños bielorrusos 25 años después de la catástrofel Información Las personas interesadas en acoger niños bielorrusos pueden informarse en el número de teléfono: 639 503 279; y en el correo electrónico: 'secretacogida@yahoo.es'.

Alejandra Luna Lloréns

25 de febrero 2011 - 01:00

La Confederación de Hermandades Santos Cirilo y Metodio ha preparado una serie de actividades que se desarrollarán entre los meses de marzo y abril en memoria de las víctimas y los damnificados de Chernobyl, con motivo del 25 aniversario de la catástrofe nuclear. Ejemplo de ello es el concierto que la Orquesta de Musiziergemeinschaft de Salzburgo, Austria, dirigida por Juan Rodríguez Romero, ofreció ayer por la tarde en la Iglesia de los Terceros.

El principal objetivo de la Confederación es coordinar las actuaciones de las hermandades y asociaciones que integran el Programa de Acogida de niños bielorrusos. Las hermandades que forman la Confederación son las siguientes: el Cachorro, Montserrat, la Sagrada Cena, los Estudiantes, la Paz, la Amargura, la Sagrada Mortaja, la Estrella, el Gran Poder, los Panaderos, las Cigarreras, Santa Genoveva, el Cerro, Montesión, San Buenaventura, la Macarena, San Isidoro, el Dulce Nombre, el Baratillo, la Vera Cruz de Cádiz, San Benito de Castilblanco, el Consuelo de Cantillana, la Cena de Málaga, la Soledad de Ayamonte, la Amargura de Carmona, la Salud de Rota, la parroquia de las Nieves de La Algaba y las asociaciones Azahar de Morón de la Frontera, Sanicher de Galaroza-Huelva y Fanuse de Sevilla.

Desde el año 2001, un grupo de hermandades de la Archidiócesis de Sevilla participa en los programas anuales de acogida de niños procedentes de la república de Bielorrusia, para que éstos pasen con familias españolas los meses de verano.

Este programa se sigue desarrollando debido a los informes que han realizado las organizaciones internacionales. Es el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que afirma que no existe ningún tratamiento contra la radioactividad y que sus efectos se reflejan en forma de tumores, enfermedades respiratorias y de corazón. Por ello, la única solución para que los niños tengan la posibilidad de llevar a cabo una vida sana es alejarlos de la zona contaminada, ya que por cada mes que están fuera de dicha zona pueden prolongar su esperanza de vida entre 12 y 18 meses.

La OMS calcula que, a pesar de haber transcurrido 25 años de la catástrofe, se producirán más de 500.000 muertes, sólo en territorio de la antigua Unión Soviética, debido a la radioactividad que sigue desprendiendo el reactor nuclear que explotó en 1986 en Chernobyl, situado entre la frontera de Ucrania y Bielorrusia.

La Confederación aclara que en las repúblicas de Bielorrusia, Ucrania y Rusia el número de personas afectadas asciende a los siete millones, tres de los cuales son niños. 1,8 millones de personas viven en zonas fuertemente contaminadas por la radioactividad y la incidencia de cáncer de tiroides en niños menores de 14 años ha doblado la cifra prevista para el 2006, que es cuando se esperaba la incidencia máxima. En la actualidad hay 380.000 niños afectados. Las consecuencias de vivir en una tierra contaminada y el consumo de alimentos afectados por la radioactividad están haciendo que aumenten los daños y las enfermedades de salud, y las víctimas mortales, así como las malformaciones congénitas y las deformaciones, que siguen apareciendo entre la población nacida después del accidente.

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